Luna creciente que duermes
en ese cielo en reposo
con una estrella a tu lado
mientras te vela los ojos.
...Y de pronto callaron las palabras
empezando el silencio tan profundo
a dejar esas voces desgarradas
que parecen que hablen los difuntos.
Luna creciente de plata
con tu reflejo y adorno,
tienes encanto y hechizo
que es más valioso que el oro.
...Y entre medio compás, sin ceremonia,
todo pasa y se muere en un segundo,
como el vals que ahora suena en ese baile,
y se acaba y agota con el músico.
Luna creciente de Enero
ven a dormir a tu trono,
ven hasta el mar de mis sueños
hasta mis besos de otoño.
...Más las olas que llegan temblorosas,
las que pasan y bañan a este mundo,
esas quedan y duermen en la playa
en un lecho de algas y de juncos.
Luna creciente de invierno
haz que se apague mi lloro,
con tus caricias eternas
y con tus besos fogosos.
...Pero si el mar tan dulce se embravece
y se escucha el sonido tan profundo,
es el grito que rasga las tinieblas
el que roba la sangre con tu pulso.
Luna creciente que vives
en ese cielo sin fondo,
haz que me abrace a tu sueño
para aplacar mi alborozo.
...Al final, nuestra vida es como un río,
nace, corre, vive y traza un surco,
va hacia el mar, destino de su nada,
para dormir allí sus sueños tan confusos.
Luna creciente silente,
haz que mi sueño sea hondo,
que no se muera la risa
en ese rostro que adoro.
...Y así son estos sueños de un poeta,
golondrinas de vuelo claroscuro,
en sonidos sin voces ni palabras
que se escapan al mar, en su reflujo.
Luna creciente que duermes
llévame a ti, te lo imploro,
aunque se apague mi vida
y aunque se cierren mis ojos.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/01/10
en ese cielo en reposo
con una estrella a tu lado
mientras te vela los ojos.
...Y de pronto callaron las palabras
empezando el silencio tan profundo
a dejar esas voces desgarradas
que parecen que hablen los difuntos.
Luna creciente de plata
con tu reflejo y adorno,
tienes encanto y hechizo
que es más valioso que el oro.
...Y entre medio compás, sin ceremonia,
todo pasa y se muere en un segundo,
como el vals que ahora suena en ese baile,
y se acaba y agota con el músico.
Luna creciente de Enero
ven a dormir a tu trono,
ven hasta el mar de mis sueños
hasta mis besos de otoño.
...Más las olas que llegan temblorosas,
las que pasan y bañan a este mundo,
esas quedan y duermen en la playa
en un lecho de algas y de juncos.
Luna creciente de invierno
haz que se apague mi lloro,
con tus caricias eternas
y con tus besos fogosos.
...Pero si el mar tan dulce se embravece
y se escucha el sonido tan profundo,
es el grito que rasga las tinieblas
el que roba la sangre con tu pulso.
Luna creciente que vives
en ese cielo sin fondo,
haz que me abrace a tu sueño
para aplacar mi alborozo.
...Al final, nuestra vida es como un río,
nace, corre, vive y traza un surco,
va hacia el mar, destino de su nada,
para dormir allí sus sueños tan confusos.
Luna creciente silente,
haz que mi sueño sea hondo,
que no se muera la risa
en ese rostro que adoro.
...Y así son estos sueños de un poeta,
golondrinas de vuelo claroscuro,
en sonidos sin voces ni palabras
que se escapan al mar, en su reflujo.
Luna creciente que duermes
llévame a ti, te lo imploro,
aunque se apague mi vida
y aunque se cierren mis ojos.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/01/10
Me gusta venir a guarecerme en tu baúl, muy en el fondo de toda la superficie, donde se gestaron los primeros sentimientos.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por ello Amy, pero... Hay otro baúl más antiguo que muy pocos conocen. También está en la red con 400 poemas. Si quieres su dirección te la mando.
EliminarUn abrazo.
Si en mi confías, me gustaría conocerlo Rafael.
EliminarTe espero, un abrazo
Gracias, ya te tengo y en secreto te digo que me gusta el lugar
EliminarUn abrazo
Gracias a ti por dedicar tu tiempo a mis letras.
EliminarUn abrazo en la noche.