Un día te despiertan las palabras
que dicen que las sombras se aproximan,
no dicen el momento ni el instante
más suena una lejana campanilla.
Entonces te cuestionas muchas cosas
y empiezas por aquello que precisas,
el mundo que conoces y percibes,
la eterna maravilla de la vida.
No sabes cuánto duelen las palabras
que escuchas de verdad, sin medias tintas,
entonces te das cuenta de tu estado,
del tiempo que ha pasado muy deprisa.
Y piensas friamente en el presente,
te haces la pregunta tan sencilla,
¿què harías si el futuro fuera negro
y el mismo confirmara la noticia?
No tienes la respuesta para darte,
tu alma de poeta la precisa,
y buscas a la estrella que en lo alto,
asoma sus pestañas y titila.
Dos lágrimas resbalan por el cielo,
y bajan a posarse en tus mejillas,
dos gotas de esperanza simplemente,
que dicen que tu vida no termina.
No importa que se paren los relojes,
y cubran negras sombras la bahía,
debajo de las mismas hay un alma
que siente, que desea y que palpita.
Quizás la oscuridad lo cubra todo,
y sientas de la estrella su caricia,
quizás no veas ya su blanco brillo
que siempre guardarás en tu retina.
Por eso no te sientas desgraciado,
no tienes de tu vida la exclusiva,
tampoco sabes hora ni el momento
y debes disfrutar de cada día.
Es hora de que sientas mas que nunca
la dulce fantasía que suspira,
los árboles que cantan con el aire
las olas que se rizan y se agitan,
la nieve que blanquea en las montañas,
los ríos que socavan las colinas,
el bosque con sus robles altaneros
el campo con las lindas margaritas...
...Y quedan en tu alma muchas cosas,
aquellas que tus ojos retenían,
las guardas en un cofre sin palabras
y al verlas te provocan la sonrisa.
Sonrien estos ojos temblorosos,
que buscan esa luz que tanto ansían,
el manto con el cielo azul celeste
y el beso de las nubes y la brisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/01/10
que dicen que las sombras se aproximan,
no dicen el momento ni el instante
más suena una lejana campanilla.
Entonces te cuestionas muchas cosas
y empiezas por aquello que precisas,
el mundo que conoces y percibes,
la eterna maravilla de la vida.
No sabes cuánto duelen las palabras
que escuchas de verdad, sin medias tintas,
entonces te das cuenta de tu estado,
del tiempo que ha pasado muy deprisa.
Y piensas friamente en el presente,
te haces la pregunta tan sencilla,
¿què harías si el futuro fuera negro
y el mismo confirmara la noticia?
No tienes la respuesta para darte,
tu alma de poeta la precisa,
y buscas a la estrella que en lo alto,
asoma sus pestañas y titila.
Dos lágrimas resbalan por el cielo,
y bajan a posarse en tus mejillas,
dos gotas de esperanza simplemente,
que dicen que tu vida no termina.
No importa que se paren los relojes,
y cubran negras sombras la bahía,
debajo de las mismas hay un alma
que siente, que desea y que palpita.
Quizás la oscuridad lo cubra todo,
y sientas de la estrella su caricia,
quizás no veas ya su blanco brillo
que siempre guardarás en tu retina.
Por eso no te sientas desgraciado,
no tienes de tu vida la exclusiva,
tampoco sabes hora ni el momento
y debes disfrutar de cada día.
Es hora de que sientas mas que nunca
la dulce fantasía que suspira,
los árboles que cantan con el aire
las olas que se rizan y se agitan,
la nieve que blanquea en las montañas,
los ríos que socavan las colinas,
el bosque con sus robles altaneros
el campo con las lindas margaritas...
...Y quedan en tu alma muchas cosas,
aquellas que tus ojos retenían,
las guardas en un cofre sin palabras
y al verlas te provocan la sonrisa.
Sonrien estos ojos temblorosos,
que buscan esa luz que tanto ansían,
el manto con el cielo azul celeste
y el beso de las nubes y la brisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/01/10
qué bonito es leerte!!
ResponderEliminarGracias Sensaciones, me alegra de que te gusten mis letras.
EliminarUn abrazo.