Era un niño que andaba suspirando
y escribiendo sus penas en endechas,
un antiguo juglar de las palabras
y un poeta, sin más, de las estrellas.
Era un sueño fugaz en una noche
con la luz sin igual de los cometas,
una nota del tiempo y de la infancia
recogiendo relatos de sirenas.
Era el mar soñoliento y en letargo,
letanía en resacas y mareas,
la asonancia de ritmos y de versos
que llegaban en paz hasta la arena.
Eran sombras apenas perseguidas,
soledad en farolas muy coquetas,
con el halo invisible de las musas
regalando figuras en la acera.
Eran losas sagradas, perfumadas,
que yacían durmiendo en las iglesias,
sobre restos sagrados, que en el polvo,
descansaban ajenos a la tierra.
Era el arpa adosada en una esquina,
el piano de cola tan estrecha,
la batuta esperando que una mano
comenzara su danza con la orquesta.
Era un hombre avanzando por los campos
arrastrando sus pasos por la senda,
y, a su vez, bajo el polvo y las pestañas,
unos pies enmarcaban a sus huellas.
Era el alma dormida del artista
musitando susurros en la siesta,
mientras cerca, los juncos temblorosos,
vigilaban la paz de la ribera.
Y era, al fin, aquel hombre de La Mancha,
el Quijote buscando a Dulcinea,
en "erales" y tierras de molinos
con locura de amante, insatisfecha.
Porque el ser que buscaba en el cuaderno
aquel niño que amaba las estrellas,
el poeta que algunos le llamaban
y el fugaz trovador de algunas letras,
"...era un niño que andaba suspirando
un zagal con la tinta en su chaqueta,
una mancha de un verso desprendido
como un beso entre rosas y azucenas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/13
y escribiendo sus penas en endechas,
un antiguo juglar de las palabras
y un poeta, sin más, de las estrellas.
Era un sueño fugaz en una noche
con la luz sin igual de los cometas,
una nota del tiempo y de la infancia
recogiendo relatos de sirenas.
Era el mar soñoliento y en letargo,
letanía en resacas y mareas,
la asonancia de ritmos y de versos
que llegaban en paz hasta la arena.
Eran sombras apenas perseguidas,
soledad en farolas muy coquetas,
con el halo invisible de las musas
regalando figuras en la acera.
Eran losas sagradas, perfumadas,
que yacían durmiendo en las iglesias,
sobre restos sagrados, que en el polvo,
descansaban ajenos a la tierra.
Era el arpa adosada en una esquina,
el piano de cola tan estrecha,
la batuta esperando que una mano
comenzara su danza con la orquesta.
Era un hombre avanzando por los campos
arrastrando sus pasos por la senda,
y, a su vez, bajo el polvo y las pestañas,
unos pies enmarcaban a sus huellas.
Era el alma dormida del artista
musitando susurros en la siesta,
mientras cerca, los juncos temblorosos,
vigilaban la paz de la ribera.
Y era, al fin, aquel hombre de La Mancha,
el Quijote buscando a Dulcinea,
en "erales" y tierras de molinos
con locura de amante, insatisfecha.
Porque el ser que buscaba en el cuaderno
aquel niño que amaba las estrellas,
el poeta que algunos le llamaban
y el fugaz trovador de algunas letras,
"...era un niño que andaba suspirando
un zagal con la tinta en su chaqueta,
una mancha de un verso desprendido
como un beso entre rosas y azucenas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/13
No sé, si soy yo que hoy estoy más sensible, pero este poema me ha emocionado. Ese niño buscaba la poesía y creo que la encontró, o ella lo halló a él.
ResponderEliminarUn abrazo y buenas noches.
mariaorsa
Gracias María Rosa, supongo que hay muchos niños y niñas que han buscado y buscan la poesía de una manera parecida.
EliminarUn abrazo en la noche.
Cada estrofa es un pequeño poema en el recuerdo de ese niño poeta.Emotivo.
ResponderEliminarSaludos Rafael.
Gracias Jerónimo, un abrazo.
EliminarLe das un maravilloso cierre a tu poema, con la ultima estrofa...
ResponderEliminarRealmente pura sensibilidad, Un abrazo
Gracias por verlo así Adelfa.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
Y ese niño no seas tu? Creo que nunca se deja de ser niño si uno mantiene vivo el deseo de jugar, es lo que haces con las palabras noche tras noche.
ResponderEliminarAbrazos
Agradezco tu comentario Natalia y seguiré intentando dejar mis versos cada noche.
EliminarUn abrazo y feliz día.
El sueño de ser poeta... muy bonito amigo.
ResponderEliminarPor cierto ¿que son endechas?
Un abrazo grande
Todos los sueños son bonitos Alicia. En cuanto a las "endechas" la RAE admite dos acepciones, pero en este caso asocio la palabra a la primera: "Canción triste o de lamento", de la misma forma que la "elegía", aunque a esta última se la asocia más, en las culturas latinas, para ensalzar los asuntos placenteros.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día querida amiga.
Preciosos versos Rafa,ese niño tenia una sensibilidad innata,era poeta mucho antes de saberlo como tu que siempre pones el alma en tus poemas amigo,mis felicitaciones por ello,besitos mil
ResponderEliminarSeguro que ese niño se hizo un hombre precioso como tú :)
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Misterio, aunque es posible que ese hombre aún siga siendo un niño, sin saberlo.
EliminarUn beso en la tarde.
Gracias por esa visión que dejas en tu comentario Shantal.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
lo bueno de la niñez es que uno es absolutamente espontáneo
ResponderEliminarla lata de crecer es que esa espontaneidad se amolda y se domestica
lo bueno de crecer es que dejamos de depender
y nos hacemos dueños de nuestras palabras
a los niños que sigan entre sus cosas y a los adultos también
que cada etapa tiene sus colores y bemoles siempre genuinos
abrazos
Es cierto lo que dices Elisa. Cada etapa requiere una aceptación y una respuesta.
EliminarUn abrazo en la noche.
Era un niño con alma de poeta, porque sólo un poeta puede reparar en tantas cosas hermosas como nos rodean.
ResponderEliminarAbrazos
También los lectores como tú TriniReina, que además sumas esa faceta tan sensible de saber plasmar los sentimientos en poesía.
EliminarUn abrazo.
Ese niño de tu poema era un pequeño/gran soñador lleno de vida y energía. Precioso, amigo mío.
ResponderEliminarFeliz tarde y un abrazo, Rafael
Fina
Gracias por verle así Fina.
EliminarUn abrazo y linda noche.
Era un verso hecho niño o el niño que se hace verso, muy bueno.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias por tu comentario Paco. Un abrazo.
Eliminarel eterno niño enamorado de sus versos y letras,
ResponderEliminarme encanta, para mi es un placer disfrutar de tus maravillosas letras amigo.
pd ¿ que tal esta tu madre?
besos
Gracias una vez más Anna.
EliminarLa situación de mi madre es "estable", dentro de su estado, gracias.
Besos en la noche.
Todos hemos sido niños poetas que andabamos con nuestras letras y sueños.
ResponderEliminarEs precioso tu poema Rafael.
Un beso grande.
Pienso como tú Luján y seguro que todos hemos sido "niños poetas" alguna vez.
EliminarUn beso en la noche.
Los niños que escriben hoy , serán mejores hombres mañana,que como tú derramarán sus versos en las páginas de un libro en blanco para contar lo que les salga del alma. Besicos.
ResponderEliminarSeguro que sí Ana y pido que así sea.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche. "Besicos"