Al rebuscar, sin prisas, en mi estudio
encuentro los billetes de aquel viaje,
la carta amarillenta de un amigo
y un sobre conteniendo dos postales.
En una me decían que me amaban
en otra que era tarde y olvidase,
y en ambas, una letra inconfundible,
que hicieron aflorar ciertos mensajes.
Recuerdos soñolientos e imprecisos,
cargados de nostalgia y de saudades,
postales con aromas de otros tiempos,
lejanas y caducas sin iguales.
Recuerdo la mañana, en que el cartero,
me trajo aquellas letras de otros mares,
venían con los besos y el salitre,
y brisa del nordeste y de las calles.
La mano que escribía aquellos versos
hablaba con pasión y con donaire,
haciendo que mis ojos se nublaran
en busca de otros sueños agradables.
La misma que, en los años venideros,
cambió su dirección, sin importarle,
los besos y promesas de mi alma
ni el sueño compartido en tantas tardes.
Por eso me estremezco al encontrar
un sobre de momentos estelares,
aquellos que marcaron a mi vida
con sueños y con llanto en sus cristales.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/14
encuentro los billetes de aquel viaje,
la carta amarillenta de un amigo
y un sobre conteniendo dos postales.
En una me decían que me amaban
en otra que era tarde y olvidase,
y en ambas, una letra inconfundible,
que hicieron aflorar ciertos mensajes.
Recuerdos soñolientos e imprecisos,
cargados de nostalgia y de saudades,
postales con aromas de otros tiempos,
lejanas y caducas sin iguales.
Recuerdo la mañana, en que el cartero,
me trajo aquellas letras de otros mares,
venían con los besos y el salitre,
y brisa del nordeste y de las calles.
La mano que escribía aquellos versos
hablaba con pasión y con donaire,
haciendo que mis ojos se nublaran
en busca de otros sueños agradables.
La misma que, en los años venideros,
cambió su dirección, sin importarle,
los besos y promesas de mi alma
ni el sueño compartido en tantas tardes.
Por eso me estremezco al encontrar
un sobre de momentos estelares,
aquellos que marcaron a mi vida
con sueños y con llanto en sus cristales.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/14
Tus preciosos versos cada dia una nueva historia de amor y es que el amor... deja tantas huellas y aquellas postales de antes que el cartero las entregaba y al abrir salian los sobres las letras ya entraban directas al corazón ...Rafael,¡ qué recuerdos!...
ResponderEliminarFeliz dia
un abrazo
Marina
Gracias por esa nueva visión que das a mis versos Marina.
EliminarUn abrazo.
Al menos, al poeta le quedaron las cartas...
ResponderEliminarAbrazos y recuerdos
Así es TriniReina.
EliminarAbrazos.
Rafael si a veces nosotros mismos nos sorprendemos cuando abrimos ese baúl entre los recuerdos de libretas y apuntes de los escribimos y sentimos algún día , precioso y lleno de frescura querido amigo, un abrazo desde mi brillo del mar apuntes y nos decimos yo escribí eso y luego
ResponderEliminarSuele suceder lo que apuntas Bea.
EliminarUn abrazo.
De todo aprendemos, todo lo vivido vale. Y tú tienes los momentos bonitos de aquella relación.
ResponderEliminarMuchos besos.
Gracias por apreciarlo así Sakkarah.
EliminarUn beso.
Benditos esos recuerdos que se tocan y se ven,sean mas o menos agradables para el corazon.
ResponderEliminarRafael cada vez van quedando esos detalles en el camino,ya sabes e-mail,mensajes de texto,postales electrónicas....Hasta las fotografías en el ordenador.Por eso me encanta este texto tuyo,habla de esas cosas que nos mueven,una melodía del pasado,un aroma y lo demás de lo que bien escribes el baúl de los recuerdos.
Sí, América, supongo que todos tenemos un baúl parecido con nuestras pequeñas cosas guardadas en él. Un abrazo en la tarde.
Eliminar