Me faltan unos versos esta noche
y siento la tibieza del cristal,
es algo que no impide que el rocío
ahogue mi temblor en el cantar.
Es fácil que resbalen las estrellas
y emitan tintineos en su faz,
lo hacen orgullosas y coquetas,
sabiendo que las vamos a mirar.
Las sombras, por el puerto, ya se duermen,
lanzando mil suspiros al fanal,
las barcas y traineras, con las olas,
se mueven al impulso de la mar.
Hay niños refugiados en sus sueños
y hay hombres que se apuntan al final,
los unos ya se duermen con la brisa,
los otros ronronean sin parar.
Me faltan unos versos esta noche
te digo corazón, en mi postal,
más quiero que te llegue este susurro
en forma de caricia singular.
No quiero que tus ojos soñolientos
se queden con legañas de sedal,
prefiero que su fuego me ilumine
con besos y pavesas para dar.
Te entrego una cajita misteriosa
envuelta en la cenefa y el cancán,
quizás cuando la abras tú descubras,
aquello que celoso fui a guardar.
Un tierno corazón de enamorado,
la sangre que mezcló aquel temporal,
el alma tan inquieta de otro niño
que un día te ofreció su bajamar.
"...Me faltan unos versos esta noche
y vuelo como vuela un gavilán,
yo quiero tu presencia aquí, a mi lado,
y el labio con mi labio a quien besar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/15
y siento la tibieza del cristal,
es algo que no impide que el rocío
ahogue mi temblor en el cantar.
Es fácil que resbalen las estrellas
y emitan tintineos en su faz,
lo hacen orgullosas y coquetas,
sabiendo que las vamos a mirar.
Las sombras, por el puerto, ya se duermen,
lanzando mil suspiros al fanal,
las barcas y traineras, con las olas,
se mueven al impulso de la mar.
Hay niños refugiados en sus sueños
y hay hombres que se apuntan al final,
los unos ya se duermen con la brisa,
los otros ronronean sin parar.
Me faltan unos versos esta noche
te digo corazón, en mi postal,
más quiero que te llegue este susurro
en forma de caricia singular.
No quiero que tus ojos soñolientos
se queden con legañas de sedal,
prefiero que su fuego me ilumine
con besos y pavesas para dar.
Te entrego una cajita misteriosa
envuelta en la cenefa y el cancán,
quizás cuando la abras tú descubras,
aquello que celoso fui a guardar.
Un tierno corazón de enamorado,
la sangre que mezcló aquel temporal,
el alma tan inquieta de otro niño
que un día te ofreció su bajamar.
"...Me faltan unos versos esta noche
y vuelo como vuela un gavilán,
yo quiero tu presencia aquí, a mi lado,
y el labio con mi labio a quien besar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/15
siempre nos faltarán versos para traer la realidad
ResponderEliminarabrazos
Eso seguro Ely.
EliminarAbrazos.
No te faltan versos esta noche, ni su presencia, porque los llevas dentro de tu corazón enamorado.
ResponderEliminarUn beso, amigo Rafael.
Gracias por tu visión de mis versos María.
EliminarUn beso.
Un poema con tu estilo, tan bello que pude ver ese puerto y las barcas moviéndose al compás de las olas.
ResponderEliminarmariarosa
Me alegro de que así fuera, María Rosa.
EliminarUn abrazo.
El amor suele poner al poema esos versos que faltan.
ResponderEliminarSaludos, Rafael
Es cierto lo que dices Verónica.
EliminarUn abrazo.
Versos no te pueden faltar, simplemente con los tuyos y esa gran belleza que destilan, basta.
ResponderEliminarBesos, Rafael.
Gracias por tus palabras Misterio.
EliminarUn beso.
A veces las olas suspiran te inspiran versos entre el puerto y la orilla seguro no te faltaran hermoso!! un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarEl mar siempre es fuente de inspiración, Bea, y lo sabes.
EliminarUn abrazo.
Los versos están en ti... Siempre
ResponderEliminarUn abraz❇
Gracias por verlos, Athenea.
EliminarUn abrazo.