En un día, sin prisas, te buscaba,
juventud y divina primavera,
sin saber que en un mástil la bandera
con el viento, sus flecos azuzaba.
Una lluvia muy suave me mojaba
y regaba, también, la sementera,
que sufría el estío tan serena
como yo con la edad que me pesaba.
Pero un tierno clavel tan primoroso
me llevó, con los sueños, a tu lado,
corazón del otoño tan hermoso.
Y te vi en el pecho deseado,
con la flor y el latido tembloroso,
superando, con creces, lo soñado.
Despierta el nuevo día,
una alondra ha pasado con su vuelo
y este instante de paz, yo lo congelo.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/17
Se ha quedado fotografiado en este poema.
ResponderEliminar; )
Besos.
Gracias Carmen.
EliminarBesos.
Siempre hay un nuevo día, un maravilloso y mágico instante cual dulce parpadeo, que nos lleva en volandas a esos sueños que nos colman de vida, de amor y paz…
ResponderEliminarBellos versos, Rafael… Un placer visitarte.
Bsoss.
Gracias a ti Ginebra por tu visita y comentario.
EliminarBesos.
Me encontraste estaba a tu lado pero no te dabas cuenta
ResponderEliminarSucede muchas veces, por desgracia, Recomenzar.
EliminarUn abrazo.
Hay instantes que se vuelven recuerdos inolvidables.
ResponderEliminarMuy bonito, Rafael.
Besos.
Cierto Pilar, así es.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Cierto. Esos instantes quedan congelados en la memoria. Y qué bueno.
ResponderEliminarAbrazos, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Lo mas hermoso queda indefinidamente. Precioso.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.