viernes, 27 de julio de 2018
SOY CONSCIENTE...
Soy consciente
de que el pasado no vuelve
y que el corazón se queda sin latidos,
y va perdiendo su ritmo,
en este tranvía que es la vida.
Estamos en otoño
y hay un cuerpo viejo
que camina, titubeante,
entre la telaraña de recuerdos
que conducen al invierno.
Si miro atrás, a ese pasado,
me doy cuenta de que era bonito
despertar cada mañana,
con la llamada del alba,
y acudir a la taza de café,
que esperaba calentarse en el microondas,
para calentar unos labios
que esperan saludar al nuevo día.
En aquel largo verano
caminé por muchos caminos
y senderos,
incluso tendí la mano
a la primavera de la infancia,
rescatando, de la misma, muchos sueños
retenidos en los puentes.
Fueron largos días de suspiros,
de susurros encantados
que dejaron una huella
muy profunda en ese tiempo
que no vuelve.
Era hermoso contemplar a las estrellas
y hasta hablar, en su lenguaje,
por las noches.
Era hermoso el escuchar
las canciones y rumores que dejaban
las sirenas en la playa.
Era hermoso ver pasar
a las traineras por la barra,
que salían a pescar
con su silueta inconfundible.
Era hermoso emocionarse
al pensar que las rosas que veías
las pudieras entregar
a unos labios tan queridos
con un beso.
Era hermoso hasta rezar
a ese dios que es de los niños
y a ese niño que llevabas
tan adentro y le gritabas
de que nunca te dejara.
...Ahora sé que aquel desierto,
inhabitable y silencioso,
me esperaba y me abrazaba
sin remedio
y que la soledad del otoño
y del invierno estaban cerca,
y no en el parque figurado,
porque la tristeza iba conmigo,
con nosotros, con la gente
y con el mundo que nos rodea,
en un abrazo y un abrigo inconfundible
y no tendría una luna, con su manto,
que viniera a cantarme una nana
en esa noche.
Al final, soy consciente
de que me hice mayor
y no me di cuenta.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/18
Es hermoso llegar a la altura de este camino y recordar todo lo vivido y lo que te espera poeta(sonrío).
ResponderEliminarUna delicia leerte Rafael.
Un abrazo.
Gracias por tus palabra Julieta.
EliminarUn abrazo.
Somos conscientes que el tiempo ha ha pasado y si no lo fueramos... me basta mirar a mi nieto al ayer le enseñaba a jugar en la PC y ahora con 8 años me enseña a mi.
ResponderEliminarPero siempre digo;lindo haberlo vivido pa' poderlo contar.
Un abrazo.
mariarosa.
Tienes razón en lo que dices de tu nieto, María Rosa, y es verdad. Llegamos a una edad en que nuestra sonrisa es la de los seres queridos.
EliminarUn abrazo.
Somos todas las estaciones, amigo Rafael. Somos primavera floreciendo a la vida, Somos verano brillando y viviendo su vorágine, somos otoño aletargando latidos y finalmente llega el frío invierno y nos recuerda que una vez fuimos semilla germinando.
ResponderEliminarTu poema es precioso en ese transcurrir.
Mil besitos y feliz noche.
Pues si, Auroratris, somos todo lo que dices y precisamente hoy he escrito unos versos sobre el particular.
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
hacerse mayor no es una tragedia, aunque hay quien se hace mayor sin delicadeza y quien tiene la suerte de hacerlo con elegancia
ResponderEliminarMuy buen poema. Un abrazo
Gracias por tu comentario Albada Dos.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Rafael es muy lindo tu poema y además es verdad , el tiempo pasa y nos hace conscientes de ello .
ResponderEliminarGracias Edith, y es como dices.
EliminarUn abrazo.
Podemos ser mayores y crecer en un sentido físico y emocional, pero hay una parte de nosotros que no deja de ser un pequeño ser, que quiere contención, cariño, fantasías, y mucha poesía. Todo pasa por lo que se desea y los años no deben ponernos un sello rojo. Cierto amigo? besitos para ti.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo con lo que dices, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.