No llores nunca
y menos por mi culpa.
No te merezco.
Estoy cansado,
vencido y sin pelea.
No te sonrías.
Debo volver
al campo de batalla:
¡Mi propia vida!
En ella aguardan
las rosas y laureles
con las espinas.
¡Ardua tarea,
buscar entre la gleba
algo de luz!
Pero deseo
ahogarme en las entrañas
y entre la tierra.
Quizás encuentre
que asoma una amapola
con un mensaje.
Y en él un nombre,
portando tus latidos
y tus susurros.
Brisa naciente
que alivie al corazón
de tanta sed.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/20
Seguro que aparece esa amapola que de algo de color a tus oscuros pensamientos. Un precioso poema.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Julia.
EliminarUn abrazo.
Tampoco hay que culparse. Todos cometemos errores.
ResponderEliminarUn beso grande.
Cierto Eva.
EliminarUn beso y gracias.
El corazón sediento es algo que todos tenemos, porque el corazón busca ese amor perfecto que lo haga sentir pleno, pero en el camino dejamos ojos con lágrimas y eso es triste pero es parte de la búsqueda y de la enseñanza.
ResponderEliminarUn abrazo muy contagioso de cariño amigo. Cuídate mucho.
Paty.
Coincido contigo Paty.
EliminarUn abrazo y gracias.
A mí me han dicho alguna vez lo que está en la primera estrofa y es doloroso.
ResponderEliminarLa vida nos lleva por esos caminos y hay que aceptar el destino.
Besos
Sí, Luján, es muy doloroso.
EliminarUn abrazo.
Bonitas y tiernas palabras las que nos ofrece tu poema ..quien en algún momento no ha pasado por ese trance , sin duda todos ..Pero la vida sigue y el amor siempre está en el aire ..Un abrazo .
ResponderEliminarAsí es Campirela.
EliminarUn abrazo.
No podemos ser consecuentes del sentir de los demás... Encontrar, todos encontramos, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la noche.
Gracias Auroratris.
EliminarUn abrazo en la noche.
Ardua esa tarea de buscar luz en tu camino. Este poema me duele.
ResponderEliminarAbrazos para tu noche Rafael.
Gracias Ani.
EliminarUn abrazo.
Sabemos cómo uno se puede sentir por aquellas pequeñas cosas,aunque grandes en su momento
ResponderEliminarLas amapolas traen cada una ,nuevas ilusiones
Besucos
Gó
Gracias por tus palabras Gó.
EliminarUn abrazo y "besucos"
Hola Rafael buenos dias, cuando llego quiero seguir leyendo mas, la luz aporta mucha grandeza en el alma, seguro que está cerca de la amapola, que llegará en el momento primaveral besitoss
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Embrujo.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Sin querer hacemos daño, porque la vida se impone. Qué ternura de voz.
ResponderEliminarUn abrazo
Como bien dices, Albada Dos, muchas veces es inevitable.
EliminarUn abrazo.
Bello poema Rafael....
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Julieta.
EliminarUn abrazo.
Quien llora por otro, seguramente es merecedor de ese llanto. Nos duele perder a quienes queremos.
ResponderEliminarLlega un momento en que hay que parar para poder seguir.
Que esa luz llene siempre a quien necesita fuerza.
Abrazo, Rafael.
Gracias por tus palabras, Verónica.
EliminarAbrazo.
Bellísimos versos. Bravo👏🏼
ResponderEliminarAgradecido Galilea.
EliminarUn abrazo.