Fueron rescoldos
de llamas y pasiones
los que quedaron.
¡Grandes incendios,
terrenos calcinados,
tierras sin nombre.
Y en contrapunto
dos cuerpos enzarzados
en su pasión.
La vida sigue,
el fuego se desborda
y arden los bosques.
Y mientras tanto
los cuerpos en los lechos
sacian su amor.
Quedan rescoldos
de fuegos y veranos
otra vez más.
En la humareda
de llamas y suspiros
se busca al sol.
Ese "rescoldo"
de luz y de esperanza
con su candor.
De aquel verano
conservo su agridulce
"fuego y amor"
No sé si puede
caber en unos versos
tanto rescoldo.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/08/25
Creo que sí pueden. En la poesía, ya lo sabes, lo que no cabe, flota y llega.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias por tus palabras y comentarios, Verónica.
EliminarAbrazo.
Buenas noches, el amor y el fuego ambos van de la mano , pero un fuego que no dañe sino que arda la pasión entre ,los cuerpos. Un bello poema.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
¡Buff! No he podido evitar pensar en las decenas de incendios que asolan este verano nuestros bosques y montes, así que no he podido abstraerme de ello. No obstante, gracias nuevamente por tus versos, Rafael. Siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Rebeca.
EliminarSaludos.
Bello e incendiario verso...
ResponderEliminarCálido abrazo.