Sin tus caricias
mis pasos, vacilantes,
hoy van sin rumbo.
En el desierto
se acusa soledad
y un gran calor.
¡Calor, dolor!,
en medio del silencio
y sangre ardiendo.
Se va la vida,
se apagan los sentidos,
se muere el alma.
Y reconcome
volver a los recuerdos,
mirando atrás.
Hay que seguir,
marchar hacia adelante,
buscar oasis.
Un manantial
en medio de la arena.
con las palmeras.
Dulce espejismo
que el alma trae, ahora,
para calmarse.
Porque en el fondo,
la brisa no acompaña,
ni tus caricias.
Prosigo solo,
avanzo en el otoño,
y tú no estás.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/25
La soledad a veces consume, esa soledad sin más esperanza que el alivio pasajero de una sombra que mitigue el dolor del no amor. ¡Muy conmovedor amigo! Un abrazo para ti.
ResponderEliminarP A T Y
Gracias Paty.
EliminarAbrazos.
Caricias que se extrañan, que se anhelan. Preciosos versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María.
EliminarAbrazo.
La soledad, puede ser un verdadero regalo o una pequeña pesadilla, solo nosotros podemos hacer que valga la pena todo lo que hayamos vivido hasta el dia de hoy.+
ResponderEliminarsaludos.
Gracias Nicolás.
EliminarSaludos.