Un duro invierno,
llegaba hasta nosotros,
con muchas lluvias.
Y se miraban
los cielos cada día
en la mañana.
Eran los rayos
de un sol, que no venía,
a saludarnos.
Duras jornadas
de un tiempo gris y feo
en su estación.
Pero ese invierno,
sería uno de tantos,
a recordar.
La vieja casa
y en ella la cocina,
centro de hogar.
Afuera el viento,
con lluvia, proclamaban
otra invernada.
Pero nosotros
pasábamos el día
tras las ventanas.
Nubes plomizas
dejaban el aviso
del padre invierno.
Así que el sueño
nacía y se mezclaba
con los recuerdos.
Hoy, otro invierno,
me dice que "adelante",
la vida sigue...
Rafael Sánchez Ortega ©
29/07/25