Pasó despacio
volando, la gaviota,
hacia la playa.
Dejaba el puerto
en busca de alimento
que no encontraba.
Hoy, las traineras,
llegaban de vacío
y sin jornal.
Quizás la playa
con olas y resacas
diera su fruto.
Y allí encontraran
el pez, en la restinga,
tan codiciado.
Yo contemplaba
su vuelo, sin palabras,
mientras pensaba.
Pensaba en ti,
mi rosa de los vientos
y mar azul.
En un clavel
de versos y de sueños
entrelazados.
Y oí susurros
de voces y sirenas
que suspiraban.
Te sonreí,
pasado que regresas
con utopías.
Atrás quedaron
los ratos de la infancia
y aquel poeta.
Hoy, el invierno,
acude y estremece
mi realidad.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/09/25
Todo queda atrás, aunque el poeta lo revive en la breve eternidad.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias por tus letras Verónica.
EliminarAbrazo.
Bello poema en su realidad...
ResponderEliminarAbrazo Rafael.
Gracias María Rosa.
EliminarAbrazo.