jueves, 31 de octubre de 2024

6.004 - AQUELLOS GIRASOLES...



Aquellos girasoles,

al cielo saludaban,

estaban en la huerta,

del niño y de su casa


Alzaban su figura

al sol que les llamaba,

dejando los colores

de nueva madrugada.


El niño, muy pequeño,

así los contemplaba,

con ojos y pupilas

absortos en su estampa.


Alegre colorido

de brumas y nostalgias,

llenando de pureza

el fondo de las almas.


El sol, con paso lento,

sus pasos estiraba,

llenando de alegría

la tierra y la mañana.


El agua del rocío

también se destilaba

y el campo y la pradera

de nuevo despertaban.


Cantaban los gorriones

igual que las cigarras,

formando unas corales

de seres sin corbata.


Y el niño, todo esto,

pensaba y cavilaba,

volando con sus sueños

a un mundo de esperanzas.


¡Qué vana es la utopía 

del niño en esta fábula,

los sueños son los sueños,

y, a veces, crean farsas.


Rafael Sánchez Ortega ©

29/10/24

6 comentarios:

  1. Los girasoles ya no miran al sol.
    Feliz jueves Rafael.
    Un abrazo

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  2. Muy bonito poema. La imaginación de un niño ante la belleza de los girasoles puede volar muy alto.

    Saludos.

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  3. Cuánto colorido en este poema, Rafael.
    Los sueños son espejismos. Pero qué bien hacen a veces.

    Abrazo.

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    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras y comentarios de hoy, Verónica, no sabes cuánto te lo agradezco.
      Abrazo.

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