Si tienes miedo
escucha los latidos
de quien te llama.
Son, como el viento,
suspiros desgarrados
y lastimeros.
Buscan tu mano,
el tacto de sus dedos
y sus caricias.
Ante tu miedo
hay miedo en otro cuerpo
y hasta en su alma.
Quizás precises
buscar al ser amado
y unir su aliento.
Que sean uno
el miedo, y compartido
es llevadero.
Siempre se anima
y el miedo de los otros
es más liviano.
De todas formas
el miedo está presente,
nace en nosotros.
Con él partimos,
temblamos con sus años
y en él dormimos.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/25
Cuando compartimos dolor y felicidad, el dolor disminuye la felicidad se agranda.
ResponderEliminarUn abrazo , feliz miércoles.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Qué gran verdad, Rafael. Besos, gracias.
ResponderEliminarGracias Inma.
EliminarUn abrazo.
El miedo es un arma de dos filos, nos advierte del peligro y también nos hace sufrir innecesariamente, porque lo que tememos no suele ocurrir...Buen poema, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable, amigo poeta.
Gracias por tus palabras y comentarios de hoy, María Jesús. Eres muy generosa con mis letras.
EliminarUn abrazo en la tarde.
A veces el miedo nos gana, precioso Rafael, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
El miedo siempre presente, sí.
ResponderEliminarY afortunados son quienes tienen una mano y un corazón que los sostenga.
Abrazo, Rafael.