Cae la lluvia
y el alma se estremece
de soledad.
Son como besos
que bajan de los cielos
en un regalo.
Voy caminando
absorto en un poema
y en tu recuerdo.
Eran sus versos
volviendo a mi memoria
y en ellos tú.
En cada verso,
tus labios y tus ojos
cobraban vida.
Ellos me hablaban,
igual que tus pupilas,
y "sin palabras".
Sentí temblar
mi cuerpo y, hasta el alma,
llegó la lluvia.
Lluvia sincera,
del cielo y de las nubes,
con tus caricias.
Límpiame el alma
y los ojos, confundidos,
de esta ceguera.
Quiero vivir,
sintiendo de la lluvia
el beso amigo.
La fiel caricia,
la frase apasionada,
de tantos sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/25
Muy bonito, Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Marisa.
EliminarUn abrazo.
La lluvia nos acompaña en nuestra travesía, a veces en nuestras tristezas y otras veces en nuestras esperanzas, limpiando todo aquello que queda atrás. Muy lindo amigo, un abrazo para ti.
ResponderEliminarGracfias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo.
La lluvia es mucho más que simples “gotas de agua” cayendo del cielo y tu poesía captura toda esa emoción, sentimiento, nostalgia y sensibilidad que viene junto a ella.
ResponderEliminarAl leer tu obra, volvieron a mí, viejos recuerdos de una época ya distante. Eran tiempos de dolor y sin embargo pude sentir toda la bondad y complicidad de la lluvia para conmigo, pues aprendí que debajo del aguacero… las lágrimas no se notan.
¡Gracias autor! … por compartir tan mágica poesía.
Gracias por tu visita y comentario, Juan Carlos.
EliminarUn saludo.