domingo, 30 de junio de 2013

ALGO HERMOSO...


Algo hermoso me sucede
cuando cambian las mareas,
cuando suben, cuando bajan
esas olas tan coquetas.

Porque todo es alegría
y se rompen las tinieblas,
con el baile de los mares
a la luz de las estrellas.

Hay mareas que están vivas
y mareas que están muertas,
y las dos tienen su encanto
y hasta besan las riberas.

Una brisa del nordeste
a las olas llega y besa,
y estremece, sin saberlo,
a las playas y a la arena.

Algo hermoso está pasando
en el mar que me rodea,
y yo siento que navego
dulcemente en mi trainera.

Hay resacas que me impulsan
y otras, menos, que me alejan,
a través de las corrientes
sin tener que usar las velas.

Ya se enciende la atalaya
y el fanal brilla con fuerza,
y nos dice que una costa
está brava y traicionera.

Van pasando las gaviotas
por la noche que se acerca,
a este agreste acantilado
donde un nido les espera.

Algo hermoso siento y sueño
y es tan bello que me ciega,
porque escucho de los mares
el rumor de sus mareas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/06/13

sábado, 29 de junio de 2013

AQUELLAS TARDES DE JUNIO...


Aquellas tardes de junio,
con azules plateados,
fueron chispas de alegría
que en el alma se quedaron.

Las viví profundamente
percibiendo sus regalos,
con la gracia de la vida
y los besos de tus labios.

Fueron tardes que recuerdo
de paseos por el campo,
donde hablaban las pupilas
y los dedos de las manos.

Fueron ratos y momentos
con suspiros tan variados,
que callaban las cigarras
apagándose sus cantos.

Más pasaron esos días
y volvimos al trabajo
al colegio y la rutina
de las aulas y el arado.

Yo buscaba tu presencia
cada día, en solitario,
a la puerta de la clase
y en la sombra de aquel árbol.

Era un roble envejecido,
casi, casi centenario,
con sus ramas retorcidas
y su tronco muy arrugado.

Pero el roble me escuchaba
y sentía de él su abrazo,
a la vez que mis pupilas
no podían con su llanto.

Tú marchaste en otra tarde
cuando ya llegó el verano,
y lo hiciste en el silencio
con los ojos muy cerrados.

Y recuerdo, en tu partida,
que los cielos te lloraron,
y hasta hablaban las camelias
y las rosas sin pensarlo.

Eras pura poesía,
transformada en un humano,
que miraba al infinito
con el rostro enamorado.

Eras ninfa y eras hada,
de los bosques y los prados,
y llevabas la sonrisas
en tus labios con un lazo.

"...Aquellas tardes de junio,
no se olvidan, y las guardo,
con la gracia, en mi recuerdo,
y el salero de tu encanto..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/06/13

viernes, 28 de junio de 2013

MUCHAS VECES AÑORAMOS EL PASADO...


Muchas veces añoramos el pasado
y buscamos en el mismo los recuerdos
olvidando los vaivenes de la vida
y los duros temporales de hace tiempo.

Es quizás, el despertar de la nostalgia,
y el placer de un sentimiento que está muerto;
es quizás la fantasía del suspiro
que termina, en un susurro, con el viento...

...Si despiertas algún día, en la mañana
y te quitas las legañas de los sueños,
es posible que amanezcas nuevamente
a la vida de un presente verdadero.

Es preciso que te quites la careta
y que seas el amante y compañero,
la persona de sonrisa inmaculada
que palpita entre tus labios y tus besos.

Es posible que revuelvas el pasado
y que busques las cenizas de algún fuego,
los rescoldos calcinados de otras almas,
que te amaron, que lloraron y sufrieron.

Pero debes afrontar esas derrotas
y las lágrimas vertidas de tus versos;
debes ser el caminante que impasible
se dirige hacia la meta metro a metro.

Porque tienes la esperanza en tu costado
que palpita y que te anima en tanto esfuerzo,
y no debes retirarte de la lucha,
prosiguiendo tu camino en el desierto.

Yo no sé lo que te aguarda en el futuro
y no sé si alcanzarás, al fin, tu premio,
pero sé que las montañas y los ríos
ya cavilan con robarte tus secretos.

"...Muchas veces añoramos tantas cosas
que el pasado se hace vivo en ese empeño,
y olvidamos a los ojos tan azules
que nos miran y nos aman tan sinceros..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/06/13º

HOY NO SÉ CÓMO EMPEZAR...


Hoy no sé cómo empezar ni qué decirte
mientras miro y te separo los cabellos
de esa cara soñolienta y perezosa
que se estira entre mis dedos.

Me parece estar mirando las caricias
en las aguas temblorosas de un estanque
y que en ellas, dulcemente, una brisa
las anima y reaccionan
como hacen las resacas de los mares,
con susurros y suspiros que se estiran
y las llevan, poco a poco hacia la playa.

Hace un día muy bonito que se ofrece ante los ojos
y que invita a que se viva intensamente.

Esta noche tú has dormido entre mis brazos
y he escuchado ese sonido de tus labios
en los cientos de suspiros que emitían
y llegaban a mi oído con  sabor
a rompeolas y a salitre.

He jugado mucho rato con tu pelo
y tu cabello, enredando con mis dedos,
y sintiendo las preguntas, sin palabras,
que decían esos senos juveniles,
que esperaban, recelosos e impacientes,
la llegada juguetona de mis dedos.

Yo presiento la impaciencia y su sonrisa
y los veo como crecen y se estiran,
y se muestran impasibles como el junco,
ante una brisa que les llega, y que les sopla
y que corre más abajo,
hacia los muslos de tu cuerpo,
que se abre en un remanso irresistible,
del meandro de tu sexo,
donde brotan margaritas entre fuentes
que despejan los sentidos
y los llevan más arriba de los juncos y los cielos
a ese mundo de los dioses
donde duermen y se agitan las pasiones
al compás de la batuta y el arpegio
irresistible de la vida.

Porque todo es poesía en este acto
y tú eres el poema más hermoso que yo he visto,
que se mece entre mis manos con sus versos
y que siento cuando leo tus pupilas,
cuando miro, cuando escucho
y cuando busco con mis labios a tus labios,
tan sensibles y ligeros,
y rescato de los mismos ese beso del amor,
que allí se encuentra y, que me falta.

Rafael Sánchez Ortega ©
28/06/13

jueves, 27 de junio de 2013

ES PRECISO...


Es preciso que mires
el color de las nubes,
y también a los cielos
con reflejos azules.

Es preciso que sientas
a mis dedos tan torpes,
rebuscando en tus senos
los eternos galopes.

Es preciso que digas
sin dudar que me quieres,
y que busquen tus labios
a mis besos ardientes.

Es preciso que huelas
el olor de mis ropas,
y te embriagues sin freno
de su néctar sin sombra.

Es preciso que vean,
el azul de tus ojos,
a los míos, hoy tristes,
recordando el otoño.

Es preciso que palpes
en la sábana amarga,
esa arruga incipiente
que dejó la almohada.

Es preciso que tiembles
al mirar las estrellas,
y susurres mi nombre
sin palabras ni letras.

Es preciso que escuches
lo que se habla y murmura,
lo que dicen las gentes
y recoge la luna.

Es preciso que bebas
el salitre y vinagre,
de un amor traicionero
que marchó, no se sabe...

Es preciso que sigas
con tus manos remando,
más allá de recuerdos
y de tiempos pasados.

Es preciso que tengas
la ilusión y alegría,
para ver con tus ojos
y reír con tu risa.

Es preciso que acudas
a buscar el cariño,
y aquí estoy, a tu lado,
caminando contigo.

"...Es preciso, sin duda,
que repases mis versos
y que veas y sientas
en sus letras mis besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/06/13

miércoles, 26 de junio de 2013

SEGUIRÉ CAMINANDO...


Seguiré caminando
a pesar del silencio,
a pesar de estar solo
y añorando mil sueños.

Buscaré tus pupilas
y los ojos traviesos,
donde bailan las hadas
mientras duermen los elfos.

Y a pesar del cansancio
seguiré con el viento,
por montañas y valles
bordeando senderos.

Seguiré por la vida
con los pasos sin freno,
y una sed en los labios
que precisan tus besos.

Buscaré más arriba
el azul de tu cielo,
solitario y cansado
que me mira despierto.

Buscaré más abajo
a tu lindo cabello,
al azul de tus ojos
y al candor de tus senos.

Y en la eterna llanura,
donde duermen los muertos,
dejaré a mis suspiros
que recobren su aliento.

Porque quiero la magia
y el calor de tu cuerpo,
y a tus manos de seda
que me presten sus dedos.

Que recorran sin pausa
los caminos eternos,
los que elevan el alma
con ardor y deseo.

Al final del camino
yo sabré que te quiero,
porque vas a mi lado
susurrando mis versos.

"...Seguiré caminando
con mis pasos despiertos
mientras sienta la risa
en tus labios hambrientos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/13

A LO LARGO DE LOS AÑOS...


A lo largo de los años
he escuchado mil secretos,
he leído muchos libros
de relatos y de cuentos.

He seguido a los susurros
de los árboles y el viento,
y he plasmado los suspiros
de sus labios en mis versos.

Pero ahora que el camino
se oscurece con los truenos,
me detengo en un instante
y me abrazo en el silencio.

Yo sé bien que la distancia
es mayor de la que veo,
y que faltan pocas horas
de encontrarme con tus besos.

Me lo dice el corazón
que está vivo y no está muerto,
y también las mariposas
que saludan en su vuelo.

Me lo dicen las mareas
al compás de los veleros,
que navegan por las aguas
con la brisa a sotavento.

Es por eso que confío
en ser libre y muy ligero,
para ir hasta tu lado
y llevarte mi pañuelo.

Y secarte las mejillas
de unas lágrimas sin dueño,
y curarte el corazón
tan herido y con remiendos.

Porque quiero ser tu amigo,
ser tu amante y ser tu dueño,
ser el hombre que te cuide
y el que atienda tus deseos.

Yo prefiero que me mires,
y me cuentes tus desvelos,
que me hablen, sin palabras,
tus pupilas y luceros.

Para así, saber de fijo,
que esa fiebre es por el fuego
que han forjado las pasiones
de tus venas y en el cuerpo.

Yo te quiero, vida mía,
y por eso a ti te entrego
este cáliz de unos labios
donde van mis sentimientos.

Es el néctar que deseas,
el que sacie tus anhelos,
con candor y fantasía
del cariño que te entrego.

"...A lo largo de los años
he corrido mil senderos,
he buscado muchos labios
y en los tuyos me detengo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/06/13