jueves, 30 de junio de 2016

RECUERDO AQUELLA FOTO...


Recuerdo aquella foto en la mesita,
la flor, entre tus dedos, delicada,
dos pétalos pendiente de fortuna
y al fondo tu figura tan cercana.

Recuerdo que he pensado, muchas veces,
el fondo sugerente de esa estampa,
volviendo los temblores a mi cuerpo
igual que los sudores a mi espalda.

El pelo te bajaba a la cintura,
tus ojos, tan divinos, me ocultabas,
los labios soñadores y pintados
dejaban en silencio mil palabras.

El cuello de la prenda, intransigente,
rozaba tus pezones, cual cascada,
tratando que tus manos tan bonitas
la flor, de la fortuna, me mostraran.

No sé quien fue el artista, ni el momento,
ni cuando se logró inmortalizarla;
la foto me siguió por muchos años
guardando la mesita de mi cama.

El tiempo transcurrió, sin darme cuenta,
y un día desperté y ya no estaba,
la imagen con la flor y tu figura,
volaron, sin saber, hacia la nada.

Tampoco averigüé, quién fue el causante,
quedando en mi retina tanta magia,
los dedos tan perfectos de tu mano,
la flor, bajo tus labios, despeinada.

Me viene a la memoria el blanco y negro,
la imagen de aquel cuello que mostrabas,
el beso retenido entre tus labios,
las uñas de unos dedos repintadas...

"...Recuerdo aquella foto en la mesita
y pienso si existió la flor preclara,
tal vez con los delirios y los sueños
fue el fruto de la fiebre y de mi infancia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/16

CONTEMPLO...



Contemplo como coges esas flores
y trato de salvar esa distancia,
del hombre soñador que ya en su otoño
se para ante las manos delicadas.

La niña que tomaba esos tesoros,
con dedos infantiles en su infancia,
no sabe que unos ojos la persiguen
y observan su rescate de las aguas.

Las flores primorosas son un ramo
que tienen a sus pétalos de grana,
y lleven en los mismos la belleza
y un tanto de temblor en su mirada.

Bendita poesía la que ofrece
la niña que se inclina y nos rescata
las flores de una tierra muy remota,
con sueños encerrados en sus alas.

Hay flores que transmiten su silencio
y hay otras que nos dejan una calma,
momentos de susurros y suspiros,
caricias rescatadas de la nada.

Quizás en su quietud esté la esencia,
la misma que transmiten las palabras,
aquella que precisa nuestra sangre
buscando, impetuosa, nuestras almas.

Las flores del amor y de la vida
que calman temporales y resacas,
las flores conseguidas por los niños
y luego en sus pupilas olvidadas.

Es fácil conmover los corazones
logrando la ternura de esta estampa,
si un niño se arrodilla, y con sus dedos,
altera sentimientos con su magia.

"...Contemplo como coges unas flores
y sueño con tus dedos en mi cara;
la luna me ha rozado las mejillas,
y un beso me ha enviado en lontananza..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/06/16

miércoles, 29 de junio de 2016

ENTRE LAS REJAS...


Entre las rejas del aire y del ayer
se pierde tu recuerdo y mi nostalgia.
Es algo que se escapa de mi alma, poco a poco,
que lleva en sus entrañas la esperanza,
el miedo, la ilusión, el desaliento
y todo va cubierto con la bruma de un amor,
ya marchitado y caducado, y un sentimiento
que se apaga y que se agota. 

...Porque la vida es aire y tienes frío,
al contacto de ese viento tan helado.
Porque las rejas del ayer están abiertas
y el beso de ese aire te estremece.
Porque sin duda vives y también sonríes
Porque en algunos ratos lloras sin saber por qué,
o si acaso, si lo sabes, te lo ocultas y lo guardas.
Porque eres libre para ser tú mismo
y por eso no cuestionas el pasado
ni te paras a pensar en el futuro.
Porque vives el presente que te abraza
y hasta sientes a sus dedos
como buscan a los tuyos cada día,
en este instante.
Porque las rosas tiemblan cuando tú las miras
y luego se marchitan cuando marchas.
Porque la mar tranquila se enfurece
cuando siente tu presencia
y te invita y desafía a nadar entre sus olas.
Porque la lluvia cae y tú la sientes
deslizarse por el cuerpo,
desnudarte poco a poco y mezclarse
con las lágrimas furtivas de tus ojos...

Pero por todo esto y mucho más,
tengo que amarte, Poesía,
y hasta seguir, sin vacilar, a los dictados
que me dejas en tus letras y en tus rimas,
tengo que ver el fondo de ese néctar agridulce
de la vida y conseguir saciar la copa que me brindas,
con su carga de utopía, entre mis sueños,
tengo que ser y estar aquí,
tras esta reja de aire y de nostalgia
para tomar el rumbo deseado,
para sentir ese latido que me lleve a las estrellas,
para buscar a Dios y al hombre en cada paso,
para saber que sí, que estás ahí,
en todo lo que veo y me rodea,
en todo lo que existe y deja huella,
en todo lo que late y que palpita,
incluso hasta en la roca inaccesible
de la cima y la montaña más lejana.

¡Tengo que amarte, sí, mi Poesía!,
aunque la vida escape y se me nuble la conciencia,
aunque la herida sangre y la vista me vacile,
aunque te sienta y no, a medida que se apague
mi linterna y la noche avance
y se apodere de mi alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/16

martes, 28 de junio de 2016

YO CORRO...


Yo corro con playeras remendadas
tratando de encontrar una salida,
sorteo los caminos y calzadas
vibrando en el otoño de la vida.

Es cierto que las sendas añoradas
causaron, al pasar, alguna herida,
rencores con envidias silenciadas
dejaron a mi alma descosida.

Pero ahora que termina esta carrera
entiendo que la vida es un lamento,
un grito por querer y que te quiera
el dulce corazón que está sediento.

Por eso pongo fin a esta locura
y arrojo mi calzado a la basura.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/06/16

PORQUE TIENES...


Porque tienes frío,
porque tienes hambre,
porque vas a misa
y rezas la salve.

Eres tan sencilla
que vibra la sangre,
repican campanas
en todos los valles.

Y así llega el día,
se duerme la tarde,
y llega la noche,
la luna renace.

La luna de plata
de cara admirable,
tan tierna y sencilla
que imita postales.

Porque tienes fuego,
tus ojos te arden,
no es fruto de fiebre,
tampoco de males.

Quizás de pasiones,
extraños pasajes,
que van y que vienen
cual olas fugaces.

Quizás son suspiros
que dejan los aires,
los besos sin freno,
los dedos que saben.

Es parte de un todo
sentir las saudades,
saberse impotente
al beso que manden.

Extrañas auroras,
malditos volcanes
que arrasan violetas,
también los rosales.

Susurros que brotan
de mil tulipanes,
chasquidos sin nombre
de fucsias sagaces.

Es fácil sentirse
partido en mitades,
cortado en dos trozos
por miedo al desaire.

No sé, niña mía,
no sé como darte,
ni sé que decirte
lo que es inviable.

"...Te quiero, te amo,
deseo besarte
ansío tus labios
tu cuerpo admirable..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/06/16

lunes, 27 de junio de 2016

RESBALA POR TU CARA...



Resbala por tu cara una sonrisa
sin tiza, ni otros restos de colores,
la vida está llamando a tu ventana
queriendo retrasar así, la noche.

Te miro y no te miro, mientras pienso,
que es cierto el claroscuro de tu nombre,
y el mar, tan soñoliento de la infancia,
se muestra testarudo en los rincones.

Hay rosas que dormitan en las aguas
y pétalos sin forma ni pronombres,
las unas ya se mecen con las olas,
los otros van en busca de otro norte.

Y así pasan los días y semanas
y brotan, sin cesar, tiernos rumores,
diciendo que te han visto por la playa
incluso cuando andabas por el bosque.

Tú sabes la razón de esa sonrisa,
eterna encantadora de pasiones,
y sabes lo que vale una mirada
igual que el sentimiento de los hombres.

Mas debes entender que las cenizas
se cubren de cristales y de adioses,
borrando las sonrisas temblorosas
en labios, muchas veces, de ladrones.

Abrazos celestiales que tiritan,
y manos vacilantes y hasta torpes,
se aúnan con los dedos de los niños
que cuentan los pegasos junto al porche.

Existe claridad en los reflejos
y es fruto de la luz de los quijotes,
los mismos que robaron tu sonrisa
y acaso se llevaron los faroles.

"...Si alguno te pregunta dónde has ido,
responde corazón y sé muy noble,
el mar de los sargazos está cerca
y allí te encontrarán, pues no te escondes..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/06/16

domingo, 26 de junio de 2016

SENTADO EN AQUEL CRUCE...



Sentado en aquel cruce de caminos
un hombre musitaba una plegaria,
quizás una oración en el descanso
por ver a su estación ya más cercana.

Es cierto que quedaba una llanura,
y el sol en el desierto las alarga,
pero algo le decía, en sus latidos,
que pronto llegaría a su posada.

Paciente peregrino que cansado
buscaba su respuesta en la distancia,
la pluma en el tintero de la vida
y el beso tan ansiado que soñara.

La imagen tan sutil y sugerente
trazaba melodías en las almas,
aquellas que llevaban sus zapatos
y estaban esparcidas en la nada.

A veces convencía al horizonte
en ser tras esa raya, imaginaria,
el puerto tan sublime y generoso
que acoge al caminante, sin palabras.

Y entonces se revuelven los sentidos
al ver ese destino en lontananza,
prendido entre las letras de unos versos
y el paso por el bosque de unas hadas.

¡Bendita sensación la del poema
que arranca de los hombres tanta infancia!
los lleva a los umbrales de otra vida
que nace y se renueva en las entrañas.

Hay mucho de candor y de inocencia,
incluso la pasión tiene su pausa,
en medio de galernas y temblores
del hombre que resiste en su batalla.

"...Sentado en aquel cruce de caminos
un hombre, estremecido, se acordaba,
del niño del pasado y del presente
y el beso que unos labios le dejaran..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/06/16