domingo, 20 de noviembre de 2016

SE ABRIGARON, DE PRISA, LAS PALOMAS...


Se abrigaron, de prisa, las palomas,
y también se amarraron las traineras,
por el fuerte preludio que anunciaba
que llegaba, con fuerza, la galerna.

Unos cielos cubiertos de negrura,
unas nubes con plomo entre sus cejas,
unas olas rompiendo muy furiosas
y en la playa dejando su violencia.

Se retiran las mesas y las sillas
del lugar que ocupaban en la acera,
y también se recogen los tendales
de la ropa secando y que flamea.

Son momentos de prisas y de nervios,
nadie quiere perderse unas monedas,
por dejar, confiado, sus haberes
al albur de los vientos que nos llegan.

Pero vuelvo, de nuevo, a las palomas
y hasta admiro su vida tan casera,
ya que van mendigando unas migajas
tras la sombra del hombre y de sus huellas.

Ahora buscan aleros y tejados,
ventanales que aguanten las tormentas,
ya que el viento que sopla va en aumento
y la lluvia que llora está muy cerca.

Con la proa y la popa bien ceñidas
la trainera descansa en las arenas,
a pesar de la música sin nombre
de ese viento que impulsa las mareas.

Ella está bien curtida por los años,
ya ha sufrido otras veces la violencia
de aguantar los furiosos temporales
y de ser redentora de mil penas.

"...Se abrigaron, de prisa, las palomas
y quedé admirando como vuelan,
hasta ver la trainera, que amarrada
suplicaba a los cielos su clemencia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/16

sábado, 19 de noviembre de 2016

ENCERRADO EN EL MUNDO DE LOS SUEÑOS...



Encerrado en el mundo de los sueños
permanecen, gozosos, los poetas,
para aquellos su cárcel es preciosa
rodeada de versos y de estrellas.

Es, por eso, que siguen en su mundo,
en la bella locura de sus letras,
y responden con ecos y suspiros
a las frases, lejanas, que les llegan.

En su alma, que acosan nigromantes,
no hay cabida de cuerdos y quimeras
y si acaso se quejan los cipreses
es por falta de luces y linternas.

Pero sabe el poeta, que en el cielo,
hay arpegios y notas que le esperan,
y también en los ojos de los niños
y en los hombres que vagan por la tierra.

Es consciente del miedo y la locura
y también del amor y las fronteras,
y por eso recibe los mensajes
que la sangre transmite en nuestras venas.

Soñador de misiones imposibles,
corazón que rebosa sutileza,
así es el poeta que imagino
y dibuja su mano en un poema.

Porque hay soñadores que reciben
el mensaje que emite la prudencia,
y es la vida, tal vez, con sus pupilas,
la dadora y la sangre que se entrega.

Es la esencia que llega hasta el cuaderno
y el poeta recoge con su néctar.
para luego entregar a los lectores
ese caldo y cultivo que embelesa.

"...Encerrado en el mundo de los sueños,
él no es prisionero de cualquiera,
y lo saben sus ojos soñadores
y también, el poeta  en su inocencia..."

18/11/16

viernes, 18 de noviembre de 2016

ME GUSTA MIRAR LAS OLAS...


Me gusta mirar las olas
y contemplar como bailan,
luego se estiran con garbo
por las arenas doradas.

Es un ritual envolvente
lleno de sal y de gracia,
el de las olas danzando
y doblegando resacas.

Hay una música sorda,
como profana y muy sacra,
el de las olas rumiando
y acariciando la playa.

Porque es así como llegan,
bellas, altivas y blancas,
con los crespones saltando
en sus gotitas de agua.

Si eres poeta suspira,
busca a la musa en la barca;
si no está allí, en las olas
sube a tu luna de plata.

Pero si evitas la pluma
y el escribir no te cuadra,
vete a mirar a las olas
junto al castillo, en la barra.

Porque verás como llegan,
como salpican y saltan,
como recorren el muro
y sin querer te amenazan.

Es un compendio de historia
la tan sutil filigrana,
de nuestras olas coquetas
que han conquistado las almas.

"...Me gusta mirar las olas
y hasta soñar que me alcanzan,
para dormir dulcemente
mientras me cantan su nana..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/16

jueves, 17 de noviembre de 2016

TE IMAGINO...


Te imagino vagando por el muelle
con tu altiva cabeza vigilante;
eres tierna y voluble con las olas
y en el puerto orgullosa hasta el detalle.

Pero eres, de siempre, mi gaviota,
capitana y proel de tanta nave,
que ya sueñan contigo los marinos
cuando salen al mar, de cabotaje.

Es igual que el nordeste se despierte
y que soplen galernas y huracanes;
que su brisa y tu risa se contagian
y no alteran, en nada, tu plumaje.

Porque tienes relatos y leyendas
de los dedos de heraldos imborrables
y también las perfectas poesías
que adornaron las almas de los pajes.

Es por eso que sigues descorriendo,
con tus alas, las olas y el velamen,
de ese cuadro del mar y las traineras
como danza infantil de cierto baile.

Y tú vuelas, sin rumbo, por las olas,
por el mar, por el cielo y arenales,
y reposas muy quieta, por la playa
en la pose de diva muy galante.

Hay en ti una esencia que supura
y que llega al poeta, que en su hambre,
te compara a la musa de sus sueños
y te hace princesa de la tarde.

Yo no sé, mi gaviota, si mereces
adjetivos y nombres para darte,
ya que muchos seguimos a tu vuelo
y crecimos, contigo, por las calles.

". Te imagino vagando por el muelle
y, a mi vez, esperar para mirarte,
para ver ese pico y tus pupilas,
y en tus alas dormir y enamorarme..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/16/16

miércoles, 16 de noviembre de 2016

ME SUPLICAS QUE ENCUENTRE A TU MUSA...


Me suplicas que encuentre a tu musa
poetisa de letras doradas,
y no sé si se encuentra muy cerca
o quizás está allí, en tu casa.

Tú me dices que mire despacio,
que es posible que esté en mi ventana,
y yo miro y remiro en la noche
para ver a una luna de plata.

¿Es tal vez esa musa qué buscas?
¿es la luna tu dulce nostalgia...?
Si es así yo la apaño y recojo
y la envío paciente a tu alma.

Pero puede que sea distinta,
esa musa que dices te falta,
y no sé si buscar en los cielos
o en el mar con su arena y resaca.

Todo esto lo tengo muy cerca,
desde el mar a la luna tan blanca,
y no sé si tu musa se esconde
en un cofre de sueños y hadas.

Porque puede que pase el otoño,
(primavera en tu tierra lejana),
y tú sigas buscando a la musa
con el verso que teje y que habla.

Y es así, en mi caso concreto,
con las musas que juegan y cantan,
con las otras que son revoltosas
y también con metáforas claras.

¡Cuántos versos nos dejan las musas!,
¡cuántas notas arrancan del arpa...!
Porque el alma intranquila las quiere
y las busca con mucha nostalgia.

"...Me suplicas que encuentre a tu musa,
y te digo que está solitaria,
en un banco del parque cercano
esperando de ti su mirada..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/16

UN BELLO COLORIDO...


Un bello colorido
nos deja el fiel otoño
con cuadros y postales
que alegran a los ojos.

Es algo inenarrable
con tono empalagoso,
los árboles del campo
desnudos poco a poco.

las ramas misteriosas,
de versos y de antojos,
nos dejan a sus hojas
de tonos tan preciosos.

Los ríos cantarines
se estiran con asombro
buscando los meandros
y el cauce mas angosto.

Un bosque solitario
esconde bien  los gnomos,
las hadas y los elfos,
con sueños de los locos.

Arriba, en la montaña,
se observa, como un gorro,
la nieve primeriza
y el manto luminoso.

Las calles y los parques
esconden un tesoro,
el alma de los niños
que juegan muy absortos.

Para ellos, estas fechas,
es algo delicioso
pues sueñan sin descanso
y así se ve su rostro.

"...Un bello colorido
me roza con su fondo,
estampa muy preciada
de otoño tan precioso..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/16

martes, 15 de noviembre de 2016

UN BESO TE ROBÉ...


Un beso te robé, de entre los tuyos,
tratando de envidiar a las estrellas,
a ellas les brindabas muchos besos
y a mí con tus miradas tan traviesas.

Por eso me encontraba tan celoso,
quería de tus labios lo que dieran,
el néctar, la pasión acelerada,
y el beso tan sutil de esas cerezas.

Jugábamos entonces, de pequeños,
al corro y la peñuca por la acera,
también, en otros ratos más tranquilos,
buscábamos, sin prisa, las libretas.

En ellas dibujábamos pegasos,
pequeñas florecitas, madreselvas,
con lirios y con rosas envolventes
y lindas amapolas y violetas.

Tú eras la princesa de aquel curso,
la eterna soñadora tras tus cejas,
yo era el Peter Pan, que con tu imagen
seguía mi camino por la tierra.

Tremenda soledad en esa infancia,
amar y ser amado bien que cuesta,
se suma y magnifica el sentimiento
con odas y con versos y poemas.

Entonces una tarde, sin pensarlo,
viniste hasta mi lado muy contenta,
querías que mirara tu cuaderno
y viera el contenido de tus letras.

Había conseguido, de repente,
unir mi soledad con tu impaciencia,
¡había un universo para darme,
allí, entre tus letras tan traviesas!

"...Un beso te robé, no me arrepiento,
y muchos robaría si pudiera
volver a aquel instante tan sublime
y hacer nacer mi alma de poeta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/16