Casi seguro tenías prisa
y te olvidaste que las estrellas,
en esa noche, nos esperaban,
con el suspiro de sus linternas,
por eso entonces quedaron tristes
y hasta lloraron con mucha pena,
las compañeras, tan silenciosas,
de las cigarras y las palmeras,
porque las unas cantan de noche
bajo los cielos con luna llena,
mientras las otras, sin el nordeste,
quieren la brisa de las mareas,
y es que los faros que el cielo esconde,
tras los retales de fina seda,
son ese puerto que el barco busca
y al marinero el hogar espera...
De todas formas hubo otros días
con otras noches que fueron nuestras
y por desidia, tal vez vagancia
ambos pasamos de estar con ellas,
y las dejamos con su silencio
en la ventana que da a la tierra,
y allí lloraron y allí rieron,
noche tras noches, sin darse cuenta,
y es que nosotros, tan concentrados,
con nuestros versos y nuestras letras,
nos olvidamos de estos gusanos
que por las noches dejan sus huellas,
y que nos llaman y que nos quieren
sabernos vivos, tenernos cerca
para entregarnos la luz ansiada
con la esperanza de amor eterna...
"...Casi seguro, tenías prisa,
y no me diste la fiel respuesta,
a la pregunta que yo te hice
y que olvidaste por una fiesta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/07/18
Este canto de nostalgia sabe a mar, pero al mar de las lágrimas.
ResponderEliminarMe ha hecho recordar... una noche así, las prisas.
Un placer leerte siempre, amigo Rafael.
Milb besitos en la tarde.
Quizás todos tenemos algún momento así, lleno de salitre y de "resaca"
EliminarUn abrazo en la noche Auroratris.
Tal vez el olvido a una respuesta no es como tal sino más bien miedo a dar la respuesta o tal vez a que ella no sea la esperada ..
ResponderEliminarPrecioso poema con mucho , mucho sentimiento .
Un abrazo y feliz noche.
Gracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Las horas se cuentan nostálgicas.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
si hemos vivido algo de eso decía mi abuelita que las prisas no son buenas consejeras al día siguiente quisieras retroceder pero el tiempo no se detiene, precioso un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarCierto, Bea. Tenía razón tu abuelita.
EliminarUn abrazo.
Con las prisas nos olvidamos de ese cielo que nos cobija y nos reconcilia con eso tan simple que es es estar vivo. Nunca las prisas son buenas consejeras.
ResponderEliminarBuen poema. Un brazo
Gracias por tus palabras Albada Dos.
EliminarUn abrazo.