Cantan los remos
baladas y leyendas
de otros lugares.
Baten las olas
y ansían las resacas
con sus corales.
Hoy, los oyentes
son solo las gaviotas
y cormoranes.
Pero las manos
que impulsan estos remos
son de marinos.
Manos curtidas
en rostros agrietados
y ojos nerviosos.
El alma canta
y sigue, con los remos,
una canción.
Mueve los labios
y charla con las olas
de muchas cosas.
En el salitre,
que llega hasta su boca,
en vez del pan.
¡Cuántas canciones
entonan los remeros
y escucha el mar!
Rafael Sánchez Ortega ©
22/09/21
Muy buena noches, un bello poema para esas personas que su piel esta curtida por la brisa marina. Un abarzo.
ResponderEliminarGracias Campirela y sí, se lo merecen por esa labor familiar tan dura y tan callada.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Una maravilla Rafael, de alto vuelo... Gracias .
ResponderEliminarGracias a ti, Anton.
EliminarUn abrazo.
Son lo remeros de las ilusiones, los que quieren, con sus manos, llegar al fin del mundo.
ResponderEliminarUn abrazo, y bonito día te deseo
Gracias por tus palabras, Maripau.
EliminarUn abrazo y lindo día, también para ti.
El vaivén de los remos puede ser música para el hombre que los lleva y trae, por eso canta, mientras el poeta escucha y escribe.
ResponderEliminarmariarosa
Es una hermosa sinfonía, María Rosa, gracias.
EliminarUn abrazo.