jueves, 19 de abril de 2012

TÚ NO VERÁS LA LUZ...


Tú no verás la luz, tierno poema,
y quedarás perdido entre las sombras
naciste como nacen tantos sueños
por culpa de mi frente soñadora.

Naciste pretendiendo ser un lirio,
con alas que querían ser alondras,
¡tenías tanta imagen de inocencia
que incluso sorprendistes a las rosas!.

Me quedo con tus letras y tus versos,
son mías esas letras y esa forma,
y es mío el sentimiento que subyace
lo mismo que la mar es a las olas.

No quiero que me acusen de cobarde,
si acaso que me tomen por idiota,
escribo porque amo más que a nada
el verso y el poema que me importa.

Perdón a ciertas plumas de poetas,
no quise yo plagiaros vuestras obras,
mi mundo es muy sencillo, lo confieso,
y escapa del aplauso y la lisonja.

No aspiro a ningún premio, ni lo quiero,
tampoco yo compito por las sobras;
sé bien lo que en el mundo del concurso,
se cuece, se maneja y elabora.

Me quedo con mis versos en la noche,
me quedo con la paz, aunque esté sola,
y busco en el silencio sus resquicios,
la linda melodía con sus notas.

Mis versos no nacieron mendigando,
brotaron con palabras respetuosas,
quizás en ese mundo de los niños,
que esperan comprensión de las personas.

Quizás me equivoqué, siendo sincero,
más pienso que la duda era dolosa,
por eso acudí a ti, con mi pregunta
buscando la respuesta correctora.

Tú me atendiste presta, y lo agradezco,
más me enseñaste un mundo con sus contras,
entonces comprendí, que mis temores
podían hacer daño en la ciaboga.

Por eso dejé atrás ese poema,
los puntos, los suspiros y las comas;
"ya no verás la luz, y bien lo siento",
ni buscarás un alma que te acoja.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/12

miércoles, 18 de abril de 2012

SABÍA QUE LA VIDA SE ESCAPABA...


Sabía que la vida se escapaba,
que todo se sumía en el silencio,
la muerte se acercaba en su caballo
vestida con sus galas y de negro.

Entonces comprendió que su alegría
quedaba marchitada, como el tiempo,
las horas del reloj deshilvanadas,
las hojas de los árboles al suelo.

No llores corazón, por tus pecados,
suspira si es preciso con el viento,
entiende que la vida es un instante
que pasa y se consume como el fuego.

Termina si es posible tu trabajo
y deja enmudecidos tantos miedos,
la hora del adiós no se retrasa
y suenan las trompetas del receso.

Ya falla el corazón en sus latidos,
la sangre se contagia con el hielo,
se quedan los cipreses solitarios
y todo se termina en un momento.

Adiós dulce alegría, ya vivida,
te quedas simplemente en un recuerdo,
acaso en un segundo del espacio
y puede que en su vida seas eso.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/12

ESTOY PENSANDO EN TI...


Estoy pensando en ti, desde mis sueños,
en este espacio de la noche
donde las brumas avanzan,
donde los ojos se cierran
y donde el alma busca el último suspiro
que emiten las estrellas.


Y pienso en ti nuevamente
y en los besos que tus labios me ofrecieron
otra noche.
Aquel instante quedó retenido y su imagen
la evoco muchas veces,
pues acude a mi retina sin pedirla,
como algo instintivo,
como una necesidad de volver a tenerte
entre mis brazos
y de volver a sentir el temblor de tu cuerpo
y también tus latidos presurosos.


Ya sé que no lo recuerdas pero aquel momento
terminó de una manera extraña.
Nos besábamos despacio y sin pausa
en aquel rincón tan nuestro
y de pronto llevé mi mano a tu corazón,
toqué tu seno y te estremeciste.
Con tu mano apartaste la mía.
Mis labios se separaron de los tuyos
y te miré entristecido pronunciando un "lo siento".


Nada me dijiste y nada más te dije.
Nos tomamos de la mano y emprendimos el regreso,
quizás adivinando que aquel era nuestro último paseo,
el último sueño compartido,
porque quizás, en mi torpeza, había roto
algo maravilloso con mi acto.


...Hoy lo recuerdo y nada tengo que añadir,
salvo que te perdí Amor, aquella noche.


Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/12

martes, 17 de abril de 2012

¿ESTÁS DESPIERTA?


¿Estás despierta?...


No sé, quizás estás soñando,
pero no importa, algún día vendrás y volverás.
Te veré de nuevo y entonces podré repetirte
todo aquello que, hace tiempo, susurré en tus oídos
y que ahora no recuerdas.
¿Te imaginas algo parecido?...


Es posible que si eso sucediera
entonces tu confusión sería más grande todavía
y no sabrías dónde empiezan los sueños
y dónde termina la realidad,
porque habrías vivido intensamente mi abrazo,
habrías sentido mis besos,
habrías notado los latidos de mi pecho
y habríamos ahogado juntos, en la misma fuente,
la sed de nuestros cuerpos.


Pero no, no te estremezcas y no cierres los ojos ahora,
sigue leyendo.
Sigue estas letras una a una
para que veas lo que trato de decirte.
Te estoy amando así, en la distancia,
porque es imposible amarte de cerca
y compartir algo tan hermoso.
Te amo en el silencio de la noche,
mientras tú duermes,
y te acaricio mientras abrazas la almohada
incoscientemente.
Soy yo el que habla en tu oído,
el que susurra unas palabras para llevarte la paz
y el consuelo,
el que teje la madeja de tus sueños
y los hace deslizarse por un laberinto de pasiones
sin final.
Y soy yo el que te anima a levantar el cometa de colores
con tu fantasía,
el que te ayuda a luchar con el viento
que le besa y le arremolina,
y juntos conseguimos que se eleve en lo alto
y que a todos enseñe tu nombre.


No sé si estás soñando, pero no importa.
Quizás cuando despiertes leas estas letras
y entonces, al leerlas,
comprenderás lo mucho que te quiero.


Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/12

TE QUISE OFRECER AMOR...


Te quise ofrecer Amor,
todo cuanto yo tenía,
pero volaste muy lejos
con la mirada encendida.

Ibas cubierta de gloria
con la inocencia en ti misma
y hasta te ardía la cara
y las rosadas mejillas.

Ibas también tras los sueños
para saciar a tus prisas
y te olvidaste del mundo
y mi presencia cautiva.

Ibas cual rosa temprana
toda tan llena de vida,
que las alondras cantaron
para anunciar tu partida.

...Atrás me quedé, Amor,
con el silencio y la brisa,
con tantos sueños formados
de tu presencia y la mía.

Y me quedé con las olas
meditabundo en la orilla,
mirando al mar, sin mirarlo
y bajo de él la restinga.

Una gaviota temprana
trajo candor a mi vista,
y la seguí con su vuelo
hacia la costa sin prisa.

Nada tenía sentido
porque faltabas, mi niña,
nada alegraba mis ojos
ante tu ausencia y tu risa.

...Un día, años más tarde,
un viejecito dormía,
sólo y sentado en un banco
y junto a él una ardilla.

Era una ardilla preciosa
con la mirada divina
y hasta el viejito llegaba
sin arrogancia y malicia.

Éste la mira y sonríe
y ella sin más se retira,
para dejar el silencio
a quien paciente lo cuida.

Cierra los ojos entonces
nuestro viejito y suspira,
hay mil preguntas que nunca
nadie le hizo ni haría.

"...Te quise ofrecer Amor,
algo eterno a tu pupila,
pero volaste muy lejos
buscando otra fantasía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/12

lunes, 16 de abril de 2012

HACE TIEMPO QUE NO TE HABLO, AMOR...


Hace tiempo que no te hablo, Amor,
ni acudo a charlar contigo más que en este monólogo
de mis letras.
Yo sé que sigues mis pasos,
que miras por encima de mi hombro,
que alientas mis acciones y mis sentimientos,
y también que me comprendes,
aunque te falte mi presencia.


Quizás debería contarte muchas cosas
pero no sé por dónde empezar.
Ha pasado el tiempo y ahora no estamos juntos.
Sé que quizás nunca volvamos a vernos.
Lo supe aquel día en la despedida,
en la vieja estación de autobuses
de nuestra Ciudad Recuerdo.
Creo que los dos lo supimos sin decir nada,
y por eso nuestras lágrimas en aquel momento.


A veces vuelvo a tu lado y miro tu cara,
rozo tu cuerpo con mis manos,
acaricio tu cabello y tus senos,
alivio tus cervicales
y deposito un beso en tu frente.


Me vuelvo con la sonrisa de tus labios,
con tu figura cansada entre mis brazos,
con el recuerdo de aquella niña abandonada
que no quería perder el momento y el instante
que estaba disfrutando.
Y entonces, nuevamente, me veo allí, tan cerca de ti,
tan juntos los dos que me estremezco
porque sé que el sueño está superando la realidad
y eso no es bueno.


Hacía tiempo que no te hablaba Amor,
y hoy he desgranado unas palabras,
apenas un balbuceo de mis labios
para que mis dedos te digan que te amo.


¡Sólo eso Amor, sólo eso...!


Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/12

SÉ QUE LE ESTOY DANDO MUCHAS VUELTAS...


Sé que le estoy dando muchas vueltas al espejo roto
y que en realidad todo es producto del pasado
y la nostalgia.
No tengo que volver a esos momentos
ni a esos cristales rotos que hace tiempo eran una luna,
no debo caer en la tragedia de sentir
aquellas sensaciones,
ni de escuchar la voz que me llama en la distancia,
no quiero ser juguete en otras manos, ¡no!...


"...¿Y si una rosa se asomara a tu pupila?...
¿Y si una página en blanco te dijera que adelante,
que comenzaras un nuevo capítulo en tu libro?...


Pero lo malo es que el espejo refleja la realidad de mi vida,
y mi alma se asoma también tras esa imagen.


No sé que hacer,
quizás salir afuera a contar las estrellas una a una
y cuando se me cierren los ojos,
cuando se cansen,
volveré para entregarme en los brazos del sueño,
sin pensar en el mañana,
sin pensar en mi,
sin pensar en nadie,
ni tampoco en un espejo roto..."


Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/12