sábado, 25 de diciembre de 2010

HAGO ARQUEO

Hago arqueo del pasado en esta noche,
y me pregunto por la vida y mis proyectos,
por aquellos manantiales
de ilusión en el futuro
que anegaron mis sentidos,
por la imagen y la forma
que mis sueños modelaron desde niño,
por aquella catarata, desbordada,
de pasión y de lirismo
que escapaba de mi alma.

¿Dónde ha ido todo aquello?,
¿dónde está la fantasía que me falta?

...Ahora es tarde y hago arqueo.
Voy contando los minutos transcurridos,
los segundos de esa espera interminable,
los instantes, sin medida, sin espacio,
en que fui tras tu figura,
persiguiendo una sombra deslizante
sobre el suelo de las calles.

Y te veo, como entonces,
con tu cara tan bonita,
la mirada distraída y buscando
el horizonte,
con el bolso entre las manos,
con los labios esperando
ese beso que no llega,
con el nombre y el suspiro
que se escapa de tu pecho.

Hago arqueo de ese tiempo que se escapa,
que se marcha de mi lado en el otoño,
que se queda para siempre,
archivado y controlado con un lazo
en el pasado.

Si yo fuera como antaño
miraría sin dudar hacia adelante,
buscaría el horizonte con las velas,
de las naves y marinos
que se enfrentan a las olas,
buscaría entre los mares
el reflejo tan sublime de la luna
y ese baile de sus aguas
despidiendo mil destellos,
buscaría a las sirenas, que no existen,
para oír su melodía,
los susurros misteriosos
de las olas y las algas,
buscaría a la gaviota,
que se mece con el viento,
más abajo de las nubes,
por el aire, en el silencio.

Hago arqueo, que no acaba,
del pasado de mi vida,
de los besos que me han dado,
de los otros que he robado,
de los cientos de sonrisas recibidas,
de las otras que salieron de mis labios,
de las lágrimas traidoras que manaron de mis ojos
y que fueron restañadas,
de esas otras que yo he visto
y he secado con premura,
de las manos que a mi mano
se prendieron y las dieron el calor
y la templanza,
de las mías en las otras que enjugaron
su tristeza, animando y dando vida.

...Hago arqueo a las respuestas
y me digo que aquí está,
en este saldo,
todo aquello tan querido del pasado
y que vive en el presente,
que la dulce fantasía está latente,
como un eco, en cada letra,
en los versos y poemas de la vida
y de mi vida,
en los sueños y quimeras del presente,
en la oscura letanía del futuro que se acerca,
con las brumas y las nieblas,
con las luces y las sombras,
con mi vida del presente y el futuro,
...¡con mis sueños!.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/10

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