miércoles, 29 de diciembre de 2010

LA NOCHE DEL INVIERNO SE OSCURECE...


"Me marcho a otro lugar, voy al destierro,
por culpa de un amor,maldito infierno."
R.S.




La noche del invierno se oscurece
y deja telarañas en el alma,
existe soledad y un gran silencio,
parece que se duermen las palabras.

Contemplo aquel muchacho paseante,
quizás un soñador tras su muchacha,
la bella princesita de los cuentos,
la dulce Cenicienta enamorada.

Le veo como mira a las estrellas
y busca entre la luna plateada,
le veo como escucha en el silencio
el eco que sus sueños le reclaman.

Más luego le contemplo cabizbajo
con pasos que le llevan hacia casa,
al mundo reservado de su vida
al lecho que le espera y que le aguarda.

Existe soledad en ese lecho
y en él ese vacío sin palabras,
la amarga soledad de aquel abrazo
la eterna sinfonía de la nada.

Yo siento que su alma se estremece,
que brotan de sus ojos muchas lágrimas,
que habla entrecortado y con gemidos
pidiendo las caricias que le faltan.

Más todo se congela en aquel cuadro
la aguja del reloj está parada,
no late el corazón, está dormido,
ni lanza su sonido la campana.

De pronto la negrura tan profunda
un rayo la transforma con el alba,
y entonces un suspiro a nuestro hombre
le llega hasta sus labios sin tardanza.

Existe una razón de seguir vivo,
salir de la penumbra en que se halla,
buscar las margaritas por el campo,
la nieve en las montañas tan nevadas.

Existe una persona que le espera
allí, en aquel banco de la plaza,
un niño con la cara sonriente,
el hombre con el alma enamorada.

El niño es el poeta ilusionado,
el hombre es el amante que fracasa,
los dos se complementa y se unen
por medio de la pluma y la palabra.

"...La noche del invierno se oscurece,
parece que la ciegan telarañas,
existe soledad y un gran silencio,
y sólo el corazón es el que avanza..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/10

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