Como de un libro,
repleto de recuerdos,
sale la niebla.
Es ese tiempo,
pasado y archivado,
el que ahora vuelve.
Y no son letras,
escritas y sentidas,
las que se escapan.
Son estaciones
de antiguas primaveras
y algún otoño.
Vienen envueltas
con música sin nombre
de viejos bailes.
Fueron verbenas,
preciosas romerías,
de juventud.
Se compartieron,
nos dicen desde el libro
en muchas tardes.
Aquellos ratos,
cargados de deseos,
siguen presentes.
Y aunque estén lejos,
y un libro los encierre,
tú los añoras.
Por eso buscas
el libro y tus latidos
que en él se guardan.
Amaste y amas
un alma que te amaba
y no era un sueño.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/07/25