sábado, 25 de febrero de 2012

HERMOSO ROSTRO...


Hermoso rostro con la lágrima prendida
que destila dulcemente hacia los suelos.
Yo quisiera preguntarte, en este instante,
¿por qué lloras?,
¿por qué busca tu mirada, más allá
de este universo,
la esperanza.
¿Por qué ahora, con tus años,
te sumerjes en el agua de tus ojos
y no luchas por aquello que deseas,
contra el daño que ha causado,
del que sólo son testigos,
esas perlas diminutas que ahora afloraran
a tus ojos?


Y si es alguien el causante de tus lágrimas,
yo te digo que abandones esa lucha,
y no sufras por aquel que te haya herido,
ni tampoco por la mano que te ofende.
Sólo atiende a los latidos de tu pecho
y procura que no sangre más la herida.


Dignifica tu persona y camina hacia adelante.
Tu desprecio hacia ese miedo
debe ser la salvación de tu mirada,
el cristal tan puro y limpio
que te haga abrir los ojos,
y que veas en el cielo y en la tierra
que hay un mundo que te espera,
que te llama,
que reclama tu presencia.


Que hay personas que desean ayudarte,
a pesar de tantas otras que proclaman
ser amigas de palabra.
Pero tú y sólo tú serás la dueña
de tus actos.
La perfecta bailarina de tu vida,
la que tienes la varita de tu alma,
la que puede dar cobijo ó despedir
los sentimientos,
la que puede emocionarse y hasta amar
al ser amado,
la que debe de evitar que la atropellen
y la arrollen las personas y los tiempos.


...Porque eres diferente y tú lo sabes.
Es por eso que te pido que te enjuagues
esas lágrimas traidoras y que busques
tantas letras, que las nubes van dejando,
por los cielos con tu nombre.


Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/12

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