sábado, 2 de junio de 2012

ESCRIBO PORQUE TENGO MUCHO MIEDO...


Escribo porque tengo mucho miedo
y entonces necesito tu resguardo,
la mano que me acepte sin preguntas
y el beso sin palabras de unos labios.

Escribò para huir de los fantasmas
que llegan y atormentan del pasado,
escenas que no sé si fueron mías
y ahora, al recordarlas, hacen daño.

Escribo para hablar conmigo mismo
por medio del cuaderno y con el diálogo,
allí se representa mi figura
y puedo con mis ojos hoy captarlo.

Escribo mientras tiemblan mis pupilas
y corren muchas lágrimas abajo,
escapan como pueden de mis ojos
y buscan el descanso en tu regazo.

Escribo los poemas y mis versos
y escondo entre los mismos lo que guardo,
la risa y el dolor de mi persona,
la frase agradecida con el llanto.

Escribo de princesas y de hadas,
de bosques y de gnomos encantados,
no digo que suspiro dulcemente
y pienso en las estrellas mientras tanto.

Escribo de marinos y piratas
que luchan con las olas en sus barcos,
sonrío cuando pienso en las sirenas
ocultas en los pliegues de ese trazo.

Escribo para ti, querida mía,
y lo hago firmemente y sin dudarlo,
lo malo es que tu ignoras lo que escribo
y nunca lo tendrás entre tus manos.

Escribo las palabras que me llegan
y salen desde el pecho en mil pedazos,
cristales de un pasado ya caduco
y huyendo de ese mundo tan kafkiano.

Escribo como antaño, ante el cuaderno,
plasmando el sentimiento más amargo,
la eterna melodía del poema
del alma y el poeta enamorado.

"...Escribo porque tengo mucho miedo
y sé que necesito de tu abrazo,
más quiero que se quede en el cuaderno,
el grito que se ahoga entre mis labios..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/06/12

12 comentarios:

  1. Escribe, amigo, escribe siempre con miedo o sin él, para que se quede en el cuaderno o para gritarlo. A veces sólo nos salva el poema.

    Gracias por compartir estos bellos versos.

    Un beso,

    Isabel

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  2. Sí, Isabel, "a veces sólo nos salva el poema".
    Un abrazo en la noche.

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  3. Idella lo dice perfectamente, y no puedo agregar nada más a eso.
    "A veces solo nos salva el poema"...

    Tremendo.

    Abrazos miles.

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  4. Cierto Maritza.
    Un abrazo y feliz fin de semana.

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  5. Rafael,tu poema lo hacemos nuestro y nos salva a todos.El poeta,a veces, es un "sacerdote"del misterio de la vida y eleva al cielo su sentimiento, como una oración sagrada y sentida...El espíritu en las letras sobrevuela,y siente una "catarsis",que le redime,le impulsa y le abraza...Por eso,a veces pienso,que las letras nos vienen del cielo como un regalo...
    Mi gratitud por compartir y mi felicitación por tu sencillez y grandeza.
    Mi abrazo siempre,Rafael.
    M.Jesús

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  6. Gracias por tu visita y comentario M. Jesús. Dices que "el espíritu de las letras sobrevuela..." y añadiría que en ellas está la poesía, ese algo cargado de sensibilidad que nos transforma y que da rienda suelta a esa catarata impensable de palabras y reflexiones donde cada uno de nosotros trata de desahogar su alma.
    Un abrazó y el deseo de que tengas un lindo día.

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  7. Y mientras escribes la tienes presente, a tu lado, mediando entre tú y el miedo.

    Sea por ese recuerdo o por necesidad de gritarlo, el caso es escribir y, si es a manera de versos tan hermosos, quién nos lo va a impedir?

    Por ella o por ti, por miedo o por valentía, escribe.

    Abrazos

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  8. Gracias por tus palabras TriniReina. Escribir bien ó mal, es ya una necesidad, una terapia...
    Un abrazo.

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  9. Es estupendo!! Sólo un poeta puede confesarse así.
    Un gran abrazo.

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  10. Un abrazo Marine y gracias, como siempre.

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    Respuestas
    1. El miedo al vacio era el mio ese vacio que se siente cuando no hay nadie , el miedo de sentirse esa soledad por todos los poros del cuerpo.... Como recuerdo el primer año de mi divorcio me sentía tan , tan sola llena mas que de miedo terror ahora estaba sola sin el , ay Rafa que dolor que miedo tenía pero cuando nacio mi Nieta todo eso se acabo hoy no es miedo hoy es solo tristeza ..

      Un abrazo Rafa

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  11. El miedo y la soledad son dos cargas muy pesadas, que en este caso pudiste compensar con esa llegada, a tu vida, de tu nieta, Patricia. Seguro que ella rompió esos miedos y te llevó la luz y la alegría que precisabas, dejando, eso sí, ese poso amargo de recuerdos y tristezas, que todos llevamos en alguna medida.
    Un abrazo.

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