Me dicen que te has marchado
y no pude despedirme,
ni de ofrecerte algún beso
por los muchos que me diste.
Ha sido un bello verano,
con azules y con grises,
en los cielos de esta tierra
y en sus campos y jardines.
Hemos gozado por ellos
y escuchamos lo que dicen,
estas plantas y estos bosques
con sus voces invisibles.
Ahora me queda el recuerdo
de tu sonrisa y el timbre
de esa voz tan melodiosa
que recitaba sublime.
Sé que tus labios temblaron
y mil cadenas rompiste
para salvar los prejuicios
y las envidias ruines.
Pero tus ojos castaños
yo sé que fueron felices,
como el latido en mi pecho
con ese ensueño de cine.
Y ahora te vas y no vuelves,
quiero que el cielo se anime,
y que recobren las almas
lo que el amor les designe.
Quiero sentirte de veras,
quiero saber que tú existes,
y que te llevo en mi pecho,
aunque mis labios suspiren.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/24
¡Que bonitas palabras! Gracias por compartir Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti Conchi.
EliminarUn abrazo.
Cuanta poesía y dulzura en tus letras. Bello día Rafael.
ResponderEliminarabrazo
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Muy bello, poeta!
ResponderEliminarElla continúa adorando su preciosa poesía.
Mi abrazo.
~~~~
Gracias Majo.
EliminarUn abrazo.
Un bellísimo poema bien romántico. Un besote Rafel.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarPrecioso, creo que jamás será olvidado ese amor grandioso.
Abrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.
Se marchó, pero su dulce voz sigue recitando en tu corazón y lo seguirá haciendo por mucho tiempo, Rafael...Es importante quedarnos con lo bello de cada día, que nos llena el alma de energía para seguir creando y recreando la vida.
ResponderEliminarMi abrazo manchego y feliz fin de semana, amigo poeta.
Otra maravilla de las tuyas, poeta. ❤😘
ResponderEliminarSin un adiós, pero tanto dejó.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.