Te conocí
un día de septiembre.
Ibas a misa.
Era la fiesta
que el pueblo celebraba
de la patrona.
Una sonrisa,
prendida de tus labios,
me dedicaste.
Y la sentí
llegando hasta mi alma
con tu inocencia.
De esta manera,
sencilla y sin palabras,
me enamoré.
Fuimos al puerto,
también a la Barquera
y oímos misa.
A la salida
rezamos a la Virgen,
desde la Barra.
Vimos los barcos,
sentimos el salitre
por nuestras venas.
Y sin dudar
unimos el futuro
en ese instante.
...Hoy te recuerdo,
vigente, en aquel sueño,
con estos versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/09/24
Caricia delicada, esos recuerdos 😘
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Darilea.
EliminarSaludos.
A veces los sucesos más sencillo son los más importantes porque marcan un antes y un después en nuestra historia y corazón. Bellos versos amigo, te mando un abrazo.
ResponderEliminarP A T Y
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo.
Versos muy lindos y de gran romance y emotividad. Un abrazo Rafael, feliz noche.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Bello poema, tan simple que llega al corazón.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Me quedo maravillada sin palabras para no perturbar el precioso momento...
ResponderEliminarMi abrazo, Poeta amigo.
~~~~
Gracias por tus palabras y comentarios de hoy, Majo
EliminarUn abrazo.
Precioso ❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
EliminarRecordar es vivir doblemente y grabar en la memoria la vida...Muy hermoso e inspirador ese recuerdo, que a todos nos llega como un presente en el tiempo.
ResponderEliminarMi abrazo de septiembre, Rafael.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.
El recuerdo hecho poema es, muchas veces, homenaje y reconocimiento.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias por tus palabras y comentarios de hoy, Verónica.
EliminarAbrazo.