viernes, 13 de mayo de 2011

HE VUELTO HASTA LOS ÚLTIMOS ACORDES...


He vuelto hasta los últimos acordes
para escuchar la música y el viento
y así dejar el alma estremecerse
por la cortina gris que oculta el suelo.

Cierro los ojos, sobran las palabras,
te quiero a ti, mi Amor, solo sé eso,
te quiero como a nadie yo he querido
y ansío tus caricias y tus besos.

Ya sé que mis palabras son un grito
y que tras ellas solamente un sueño,
un sueño que me lleva a tu figura,
y a la voz temblorosa que yo anhelo.

Pero sigo las notas que me dicta
el pentagrama gris, desde los cielos,
con esos labios de gentil ternura
que emiten esta música y sus versos.

Yo quiero perseguirla con mis manos,
seguir su linda estela ya sin miedo,
para dormir allí, cerca de ella,
en un rincón, temblando junto al fuego.

Allí suspirarán con mis poemas
los versos de aquel niño entre sus juegos,
y le hablaré a la música sin nombre
del joven que escribía tantos cuentos.

Del joven soñador que en otras fechas
creía en el Amor, como algo eterno,
soñando con princesas y sirenas
y en un hogar ganado con su esfuerzo.

Y le hablaré también de aquel poema
oído de tus labios en silencio,
y le hablaré de un pecho estremecido
latiendo como un niño de colegio.

Porque te amé, Amor, en esa música,
en ese torbellino de deseos,
en ese carrusel y fantasía
creado con pasión y sufrimiento.

Más tienes que partir para otras tierras,
te vas con esas notas que yo aprecio,
te vas con esa música sin nombre
nacida de unos labios que venero.

"...Por eso yo me vuelvo a tus acordes
para escuchar los últimos lamentos,
la eterna melodía de mi música,
aquella que yo amo y que yo quiero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/11

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