Quizás me equivoqué
ayer, y por la noche,
al confundir sin más
deseos y pasiones.
Susurros que en el pecho
nacían con un nombre,
y en ellos la caricia
con voces en desorden.
Suspiros de las almas,
latidos de los hombres,
escritos de poetas
con versos uniformes.
Dos gramos de locura
confirman las acciones,
y son de las pupilas
que escuchan y se esconden.
Quizás me equivoqué
mirando los relojes,
giraban sin agujas
y daban ya las doce.
La hora de las brujas,
de hadas y de bosques,
de gnomos y de elfos
de cisnes y dragones.
Extrañas fantasías
de niños y mayores,
de jóvenes amantes
y ancianos que ven doble.
Así son los escritos
que forman los renglones,
las letras alocadas
que surgen con temblores.
Quizás me equivoqué
hablando sin dar voces,
vendiendo mercancía
caduca y en jirones.
Es cierto que es locura
cambiar los corazones,
a cambio del mendrugo
de ricos y de pobres.
Se tiene una sonrisa
y el pelo con mechones,
dos labios temblorosos
que besan sin rubores.
Dos ojos que destilan
dos lágrimas sin orden,
que bajan cuello abajo
camino del escote...
Quizás me equivoqué
ayer, con mis dolores,
tratando de mezclar
los sueños con gorriones.
Las rimas sevillanas
trazadas por autores,
que están en los jardines,
en calles y balcones.
El arpa silenciosa,
el órgano tan noble,
la eterna golondrina
surcando el horizonte.
El parque de los sueños,
las hayas y los robles,
encinas centenarias
con musgos y con flores.
"...Quizás me equivoqué
y espero me perdones,
cajita que en el alma
alivias mis dolores..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/12
o quizás no te equivocaste.. Sólo te animaste :) Abrazo!
ResponderEliminarHermosos versos, mágicos y tiernos.
ResponderEliminarBonita noche, abrazos miles.
Es posible que así fuera, Andrea...
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Gracias Cristina, linda noche también para ti.
ResponderEliminarAbrazos.
los versos finales son de una ternura y candor exquisitos
ResponderEliminarun abrazo y feliz semana
Gracias Elisa, siempre tan exquisita en tus comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz miércoles.
¿Quién sabe?
ResponderEliminarA veces nos confundimos, pero atreverse a ello es vivir.
Hermoso poema, lleno de ternura y humildad.
Besos Rafael, que tengas un buen día
Con lo que no te has equivocado es con el poema; es estupendo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
No importa , a veces, equivocarse, Rafael, si el valor de reconocerlo acude a nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
FINA
Cierto Verónica C., a veces, todos, nos confundimos y equivocamos, pero dar ese paso es "vivir", como bien dices, a pesar de que algo salga mal.
ResponderEliminarBesos para ti en la tarde.
Gracias por tu comentario y apreciación,Laura. Un abrazo en la tarde.
ResponderEliminarDe la misma manera que nos equivocamos Fina, tenemos que tener esa humildad para saber reconocerlo y tratar de que no vuelva a suceder.
ResponderEliminarUn abrazo para ti en la tarde.
Equivocarse no es tan malo, lo malo es no intentar.
ResponderEliminarMucha pasión y dulzura en tus versos Rafael.
Un abrazo
Gracias Osvaldo. Un abrazo en la tarde.
ResponderEliminarLa vida es ensayo y error, cuanto más nos equivocamos más nos esforzamos en volver a intentarlo.
ResponderEliminarBesos y aleteos en el alma, querido poeta!
Esa cajista alivia tus dolores. No pidas perdon por equivocarte. Abrazos Rafael
ResponderEliminarCierto Dina, es así la vida, como bien la defines.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Esa cajita, Alicia, que todos llevamos dentro, seguro que alivia nuestros dolores muchas veces.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si Rafa , esa cajita la tengo yo también , no te equivocas en nada ...
ResponderEliminarBesos en tu frente mi querido amigo
Pues guarda esa cajita como un tesoro Patricia.
ResponderEliminarBesos también para ti.