Tu voz me estremeció, como hace tiempo,
no puedo ni querría yo negarlo,
tenían tanto encanto tus palabras
que sólo con oírlas me hice daño.
Llevaba mucho tiempo por la vida
sin prisas y sin pausas, caminando,
viajaba muy ligero de equipaje
ajeno a los recuerdos del pasado.
Buscaba la frescura de las sombras,
en bosques y pequeños altozanos,
y en ellos me aliviaba y confortaba
tratando de seguir pasito a paso.
Cruzaba por las calles y los pueblos
igual que un vagabundo solitario,
"el hombre que dejaba la tristeza
y el niño que buscaba su regalo"
Tu voz me estremeció, lo reconozco,
ahora que me encuentro sano y salvo,
la herida, producida, ya no sangra,
y el pecho de aquel hombre está curado.
Volvieron las alegres golondrinas,
con ellas los azules del verano,
también las mariposas de los cielos
dejando sus colores más preciados.
Los niños arreglaron los cometas,
los globos soñolientos se soltaron,
y todos encarnaron la utopía
de un mundo diferente reencarnado.
A veces tanta rabia nos confunde
mezclando la negrura con los claros,
queremos romper pronto las amarras
de viejos sentimientos marchitados.
Tu voz me estremeció, yo no lo niego,
cubriendo de magnolias mi regazo,
las bellas azucenas del estío
los sueños, tan hermosos, en sus marcos.
Entonces comprendí que la nostalgia
trataba de imponerme su pecado,
la dura penitencia del silencio
marcada por el tiempo y por mis actos.
Más no era yo culpable de tu ausencia,
tampoco el malherido como antaño,
si acaso conservaba la ternura
del niño que te quiso y hubo amado.
El niño que esperaba unas palabras
mirando la ventana de tu cuarto,
el niño enamorado de la luna
contando con sus dedos a los astros.
"...Tu voz me estremeció, como hace tiempo,
es algo que no pude remediarlo,
dejaban hoy tristeza, tus palabras,
mezcladas las mentiras con engaños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/12
Todo un mar embravecido de sentimientos en este poema, rafael, desde la más profunda rabia,a la sombra sepia de la melancolía y el atisbo de paz y alegría que despunta cuando todo va pasando.
ResponderEliminarUna voz que regresa puede hacer temblar hasta los cimientos mejor asentados del universo.
Besos Rafael, que tengas un buen día
Sí, Verónica, es tal y como lo describies. Dominar las emociones, en estos casos, no es fácil y sin embargo debe hacerse, para no cometer los errores de ese pasado, porque ¿quién no ha vivido ó escuchado algo parecido?...
ResponderEliminarBesos para ti y el deseo de que tengas un lindo día.
Este poema tuyo me recordó a uno de Becquer: VOLVERAN LAS OSCURAS GOLONDRINAS EN...
ResponderEliminarAparte del inciso, como siempre , tus letras bordan sentimientos,, Rafael.
Un abrazo y que pases buen día.
FINA
coincido con Verónica en lo que te iba a comentar
ResponderEliminarasí que para no redundar
Felicitaciones
un abrazo y feliz fin de semana
En una estrofa cito casi textualmente un verso de Bécquer: "...Volverán las oscuras golondrinas...", quizás por eso te puede sonar un poco a sabor sevillano Fina, el resto del poema nada tiene que ver con aquella rima gloriosa del Libro de los Gorriones.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Gracias por tu visita y comentario Elisa,
ResponderEliminarun abrazo y feliz fin de semana.
Un vaivén contínuo de sensaciones, bronca y placer.
ResponderEliminarMuy buen trabajo Rafael.
Un abrazo
Gracias Osvaldo.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Hay voces que sacuden nuestras entrañas, es inevitable que suceda... tremendas letras Rafael, un placer leerte!
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo, bonita noche!
Otro abrazo para ti Cristina, bajo las sombras de la noche que espero sea bonita también para ti.
ResponderEliminarLas voces del pasado aveces regresan e irrumpen aquel estado sosegado, dejando un sabor agridulce en el alma.
ResponderEliminarSentidas letras, Rafael.
Abrazos alados!
Es dificil continuar cuando vuelven las voces del pasado que estremecen. Pero todo pasa y volveran las sonrisas. Abrazos
ResponderEliminarSí, Diana, muchas veces sucede tal y como dices.
ResponderEliminarAbrazos en la tarde.
Supongo, que casi todos tenemos alguna experiencia parecida Alicia, ¿verdad?.
ResponderEliminarUn abrazo.