domingo, 19 de mayo de 2019

SE ESTREMECEN LAS LLAMAS...



Se estremecen las llamas
con el paso del viento,
y también por la brisa
con que aviva los fuegos,
es igual que los niños
a quien rozan su cuerpo
las caricias maternas
que desgranan los dedos,
un rumor invisible
dejan duendes traviesos,
por la piel inocente
que recubre los cuerpos,
y si, acaso, le apuras
te dirán algo cierto
las pupilas divinas
de los ojos sin miedo...

Y es que el hombre madura
con el paso del tiempo
y se muestra valiente
aunque bogue sin remos,
porque, a veces, navega
sin timón, como un ciego,
por la vida infinita
y se olvida del puerto,
y es allí, donde tiene,
su lugar y su puesto,
la razón de sus días
y el presente sincero,
pero ignora la brisa
que le lleva muy lejos
y se duerme en cubierta
aunque sueñe despierto...

"...Se estremecen las llamas
en tus ojos tan bellos,
y también tu sonrisa
al sentir a mis besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/19

14 comentarios:

  1. Cuantas cosas lindas nos dejas hoy , los pequeños , sus caricias y ese fuego que alienta nuestro cuerpo ..
    Bello poema para este domingo ..feliz sobremesa y un fuerte abrazo.

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    1. Gracias sinceras Campirela.
      Un abrazo y feliz domingo también para ti.

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  2. Podemos dejar que los sueños vuelen con la brisa, que aviven fuegos fatuos... pero en el puerto, a cubierto del viejo faro... están las raíces de todo lo que somos y sentimos... volamos y soñamos... vuelo y vuelvo... siempre.

    Precioso tu sentir, amigo Rafael.

    Mil besitos en la tarde.

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    1. Gracias por tus palabras Auroratris.
      Un abrazo en la tarde.

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  3. Besos y sonrisas, plan de domingo perfecto!!
    🙂

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  4. Con el paso de los años vamos consiguiendo más para que ellas llamas sigan estremeciéndose.
    Bello poema Rafael.
    Un beso

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  5. Lindo romance, los sueños siempre estarán en la cuna del alma. Somos tan jóvenes como nuestros sueños y tan viejos como nuestras desesperanzas...

    Un abrazo

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  6. Con los años, las llamas que una vez ardieron en la mirada de quien se ama, regresan ante el fuego

    Precioso poema. Un abrazo grande

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    1. Cierto, suele suceder, Albada Dos.
      Un abrazo y gracias.

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