Zapatos sucios
a causa del otoño.
Llenos de barro.
Bella señal
por culpa del mal tiempo
que ellos acusan.
Los pantalones,
mojados dobladillos
y salpicados.
Hoy son recuerdos,
que acuden a mi lado,
desde la infancia.
Viví ese instante,
que veo tan lejano,
y me estremezco.
¡Benditos años,
de juegos y de estudios
que pasé en casa!
Fuimos felices
después de tanto tiempo
de privaciones.
Pero no cambio
por nada, aquel pasado,
vivo el presente.
Y es que la vida
se vive cada día
y hora con hora.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/21
Cierto amigo, la vida es el día, hora y minuto.
ResponderEliminarPero tan bien son esos recuerdos que todos tenemos de nuestra infancia y si son buenos que bonito es recordarlo. Un fuerte abrazo!!
Gracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo.
Cada instante es único.
ResponderEliminarHermoso poema.
Besicos.
Cierto Galilea, es como dices.
EliminarUn abrazo.
Esos zapatos implica haber caminado, el hoy de esa vida que esperamos de camino largo.
ResponderEliminarUn abrazo, y por las botas sucias
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo y por esas "botas sucias".
Sin ninguna duda Rafael, la vida se vive plenamente viviendo cada instante como toca en ese momento, en la infancia fuimos felices a psar de las carencias por eso nos marca tanto la añoranza
ResponderEliminarUn gusto leerte
Un abrazo
Carmen
Gracias Carmen, me alegro de lo que dices en tu comentario.
EliminarUn abrazo y feliz día.