viernes, 6 de enero de 2012

LA CARTA DE UNA NOCHE ESPECIAL.


Sí, ya sé que es tarde, en esta noche especial,
para escribir una carta y más si la misma
va dirigida a los Reyes y encima,
las letras que se juntan en la cuartilla,
las va colocando una persona
que se resigna a dejar de ser un niño.


Pero no importa la tardanza en este mundo
de los sueños, y por eso escribo ahora,
a los Reyes y les pido,
en esta noche mágica,
que un poquito de lo que llevan quede cerca,
en los amigos, en las personas queridas,
en los ancianos y mayores,
en los niños,
en los países pobres y necesitados,
en aquellos otros que sufren guerras
y carecen de las pequeñas cosas necesarias
para seguir viviendo cada día.


Porque no quiero pedir juguetes ni libros,
ni tampoco aparatos electrónicos
que puedan reproducir música ó imágenes.
No quiero bienes materiales ni fortunas y tesoros,
ni quiero viajes y premios,
ni adulaciones de personas que no conozco.


Sólo quiero la sonrisa en los labios de la gente,
la alegría de los ojos que me miran cada mañana,
el cariño de las olas que nos dejan sus murmullos,
la canción de las cascadas y los saltos de los ríos,
ese abrazo de la brisa del nordeste que nos llega
de los mares,
y ese saco inagotable de los sueños que me roba
la memoria.


Sólo esto yo les pido en esta noche,
sólo paz para los hombres en la tierra,
sólo amor para las gentes que precisan de cariño,
sólo el beso enamorado de ese Niño que ha nacido,
sólo el sueño del que espera ese regalo
y le llenen los zapatos nuestros Reyes.


Pero también les pido otra cosa más,
sólo una, ¡por favor!...
Que esta noche se repita cada noche,
que no sea solo el sueño de una fecha
y un recuerdo repetido cada año,
que mañana también vuelvan estos Reyes
y les pida todo esto que ahora escribo,
renovando la esperanza de que lleguen
y me entreguen estas cosas,
esta paz y la sonrisa tan perenne
que no quiero que se borre,
y que siga siendo un niño la persona
que ahora escribe esta carta,
a pesar de sus achaques y sus años,
porque quiere que su sueño no se muera
en esta noche,
y que sigan palpitando en este mundo
la ilusión y fantasía, cada día y cada noche,
en el año que comienza.


Rafael Sánchez Ortega ©
06/01/12

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