Dibujo unos signos
y nacen los versos,
con letras cansadas
que trazan mis dedos.
No sé lo que escribo
ni sé lo que dejo,
en esta cuartilla
que mancho con celo.
Quizás de una rosa
que un día de invierno,
temblaba de frío
muy sola en el huerto.
Tal vez de la infancia
perdida en el tiempo,
y algunos retazos
que surgen de lejos.
Es fácil que el frío
congele mis sesos,
la mente vacile
y escriba a los ciegos.
Las letras me dicen
que siga el intento,
con mil garabatos
cruzando bocetos.
No sé si la rima
saldrá como quiero,
ni sé si las letras
tendrán ese "metro"...
La eterna medida
del joven poseso,
que rima, que mide,
y sale contento.
¡Qué empeño tan grande
contar en los versos,
por labios gentiles
que buscan los besos!
Y el beso de plata
se escapa a los cielos,
"suspiran las almas
al verle tan lejos".
Rafael Sánchez Ortega ©
22/02/25
Que no se cansen nunca tus letras ni tus dedos ni tu corazón de versar.
ResponderEliminarFeliz día Rafael.
Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Muy lindo Rafael. Vuela el poeta y nos deja a los lectores imaginando sueños que él escribe con el corazón.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Escribir sin pensar mucho y soñar sin saber si el universo cumplirá nuestros sueños, eso traslucen tus versos amigo, pura esencia de quien ama la vida y las letras. Un abrazo grande.
ResponderEliminarGracias Paty.
EliminarUn abrazo.
Esos suspiros de enamorados, eso me decía mi madre cuando era jovencita y me oía suspirar, decía, ya está la niña enamorada jajaja. Un besote, bellos versos.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.