Ya tiemblan las flores
por tantas mentiras
que dicen las gentes
con lengua maldita.
Engañan al hombre
y al niño le quitan
la fe y la inocencia
que es prenda divina.
Y lloran las flores
y el niño suspira,
ajenos al drama
que existe en la vida.
Hay ojos que buscan
la luz que precisan,
y labios que anhelan
el beso y caricia.
También hay palabras
que antaño venían,
del hombre sensato
que amaba sin prisas.
Hoy andan ausentes
y están ya perdidas.
las frases amables
de tiernas pupilas.
Atrás se quedaron
las mil utopías,
con sueños, de infancia
sin manchas ni heridas.
Por eso la rosa
temblando se agita,
y lloran sus hojas
y muere marchita.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/04/25
Doloroso poema....
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarAbrazo.
Las cosas han cambiado y no siempre amigo Rafael , para bien. Un beso.
ResponderEliminarEs como dices, Campirela.
EliminarUn abrazo.