Tu corazón
palpita dulcemente,
se ve en tus ojos.
Y es que la luz
que brilla en las pupilas,
así lo indica.
Tierna mirada
que anima los suspiros
y los recuerdos.
Aquellos saltos,
jugando con la comba
y las amigas.
Las largas tardes
de estudios en las aulas
y los bostezos.
Todo se evoca
y todo se despierta
con los latidos.
Y en una noche,
de estrellas y recuerdos,
nació la Navidad.
Trenza de versos,
mi linda mariposa,
de amor y paz.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/25

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