sábado, 12 de marzo de 2011

QUIZÁS EN UNA ESQUINA DE LA VIDA...


Quizás en una esquina de la vida
encuentres lo que anhelan los recuerdos,
las prendas olvidadas en la alfombra,
las nubes encantadas de los sueños.

Quizás tras esa esquina que menciono
se oculte aquel pasado de hace tiempo,
las tardes encantadas en la barra
las olas que llegaban sin esfuerzo.

Entonces una nube nos cubría
tapaba con dulzura nuestros cuerpos,
vivíamos ausentes del presente
soñando con lograr amor eterno.

Más todo se quebró en una mañana,
rodaron nuestros sueños por el suelo,
la luna del cristal estaba rota
y ya no devolvía los reflejos.

Estaba mancillada nuestra vida
estaba comenzando nuestro invierno,
de pronto se acabaron los suspiros,
el vuelo singular de los flamencos.

Flamencos y gaviotas que volaban,
veían a dormir junto a los muertos,
los álamos en guardia vigilaban
el sueño del ciprés y de los fresnos.

La eterna caracola de la infancia
quedaba entre la arena y el lamento,
quedaba con el mar de mis oídos
sumida en el olvido de los necios.

Las piedras que labraron artesanos
lo fueron por las manos del cantero,
aquellos que dejaban sus susurros,
grabados con cincel a sangre y fuego.

...Quizás en una esquina de la vida,
quedaron tantas dudas y recelos,
los miedos de unos años juveniles
mezclados con la menta y el romero.

La menta y el perfume que esperaba
temblando, por las tardes de tu cuerpo,
aquella sensación de estar amando
un día y otro día, sin complejos.

Amar y amarte a ti, mi niña amada,
amarte y desnudarte con mis dedos,
sentir ese temblor que te nacía
y el dulce escalofrío de tu pecho.

"...Quizás en una esquina de la vida
encuentres todo esto que ahora cuento,
la eterna fantasía del poeta,
que amaba y susurraba aquel: "te quiero"..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/03/11

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