Tu rostro reflejado en el espejo
tenía esa apariencia tan lozana,
cual rosa rescatada del Olimpo
con toda la ternura de tu alma.
Había una frescura insuperable
saliendo con la luz en tu mirada,
tus labios muy sensuales se ofrecían
dejando ese latido y esperanza.
Las sombras tan profundas te rodean,
la luna del cristal está rayada,
hay sueños con anhelos contenidos,
pasión acelerada en las entrañas.
Recuerdo cierta noche de un verano,
las olas y tu cuerpo en una playa,
entonces se rompieron los tabúes
y ambos nos bañamos en las aguas.
Desnudos nuestros cuerpos, y temblando,
sintiendo en nuestra sangre la resaca,
las ganas de besar y de abrazarnos
hablaban de pasión desenfrenada.
Hablaron nuestras manos en silencio
y lo hacían los cuerpos, sin palabras,
salían los suspiros en la noche
y los dedos sin pausa, acariciaban.
Por eso, al ver tu rostro en el espejo,
ha vuelto hasta mi alma la nostalgia;
no sé por qué te fuiste de mi lado
a buscar un hogar en la distancia.
Partiste para siempre de mi vida
sin saber de mis labios que te amaba,
entonces te burlabas de mis sueños
y también de mis versos y mis nanas.
Quisiera recobrar tanta ternura
y también la mirada no aceptada,
para dar e intentar un nuevo abrazo
y buscar el amor que me hace falta.
Porque tú, la causante de mis letras,
no sabes ni sabrás de mis palabras.
...Aunque siga mirando en el espejo
tu rostro con el alma reflejada.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/12
el recuerdo de su rostro, de sus manos, de esa noche de verano, su recuerdo te trae añoranzas
ResponderEliminarun beso
Un beso Arena y feliz tarde,
ResponderEliminarRafael