Fuiste, sin duda,
la rosa que, a mi alma,
trajo sonrisas.
Y confundiste,
también, mis sentimientos,
sin darme cuenta.
Y es que te amé,
y quise con locura,,
por mucho tiempo.
Hoy, el invierno,
atrás deja veranos
y primaveras.
¡Edad bendita,
que sigue en los recuerdos
con mil suspiros!
Y es que el embrujo
y magia compartida,
sigue en el alma.
Pero marchaste,
te fuiste de mi lado,
no sé de ti.
Y me quedé,
con pasos vacilantes,
mirando al cielo.
Desde el silencio
del parque, te buscaba,
aunque era en vano.
Y aquí me tienes,
pidiendo en este invierno,
"unas migajas"
de aquellos tiempos.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/08/25
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