De nuevo surge
la bruma del invierno
en este día.
Con su silencio
congela los recuerdos
de la jornada.
Y es que parece
que el alba está dormida
y no despierta.
Hasta en el parque
se sienten las ausencias
en los gorriones.
Porque las ramas,
desnudas, no los tienen,
y están vacías.
Solo unos pasos
de niños que madrugan
y van al cole.
Cierto tranvía
se intuye, en la distancia,
en unos sueños.
Y tú sonríes,
poeta que esto escribes,
mientras suspiras.
As es la vida,
un día que comienza
bajo la bruma.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/09/25
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