Crecen las ramas
de un árbol que se estira
tras la ventana.
Llevo unos días
mirando como estiran
y van al cielo.
Detrás de ellas,
se ve una casería
y algunas vacas.
Campos marchitos
por culpa del verano
que ya se va.
Sobre sus yerbas,
algunas mariposas,
revolotean.
También las aves
inquietas, golondrinas,
se van marchando.
Porque el verano
termina y el otoño
llama a la puerta.
Y tú resurges
con magia, de los bosques
eres un hada.
El dulce encanto,
de miel y colorido,
para las almas,
"mi poesía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/09/25
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