viernes, 26 de diciembre de 2025

6.412- ERA DICIEMBRE...



Era diciembre

y el año se acababa,

mi mariposa.


Al ver tus letras,

llegando en el correo,

tembló mi alma.


Vi tu figura

surgiendo desde un sueño

a mis suspiros.


Algo cansados,

estaban hoy mis versos,

y sin motivo.


Me quedé mudo

en medio del silencio

por tu presencia.


Pero, a la vez,

nacieron los latidos

del alma enferma.


Y tú me diste

el premio y el regalo

con tu sonrisa.


Eras la sangre

y la musa del poema

que agonizaba.


Y así, mi alma,

sintiendo tu presencia,

volvió a la vida.


Rafael Sánchez Ortega ©

26/12/25

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