jueves, 31 de julio de 2014

YO APENAS SOY MARINO...



Yo apenas soy marino y el aprendiz de hombre,
el niño y el grumete, camino de la mar,
capricho que, divino, surgido de unos labios
buscando por la tierra otros labios que besar.
Y apenas soy marea regando, con las olas,
las costas y los muelles con nubes de cristal,
Y soy la fina estera, colgada, que en los cielos
cubría la escalera con flores de verdad.
Y soy la mariposa con alas de colores
surgiendo de los pechos con aire sin igual.

Yo apenas ya respiro y sigo caminando,
buscando los senderos y no mirando atrás,
las nubes me adelantan, el viento me acaricia,
la brisa me susurra y no preciso más.
Saludo con un gesto al gato que me mira,
al hombre en la ventana y al niño del lugar,
no quiero ser esquivo, ni menos un farsante,
prefiero ser sincero y nunca ser truhán;
por ello me detengo y me sobo la barbilla
evito las palabras vacías y sin sal.

Yo apenas he sentido el beso de unos labios,
la mano en mis mejillas limpiándome la faz,
la bella caracola dejando mil sonidos,
con sueños transparentes llegados de alta mar,
la música sin nombre que dejan las resacas,
las olas caprichosas que vienen con su paz,
el verso inacabado de manos inocentes,
los ojos turbulentos y a punto de llorar,
la tierna melodía sin música y palabras,
que suena y que me invita a dar pasos de vals.

Yo apenas he querido y amado como hoy amo,
a nadie de este mundo, así en la realidad,
los niños solo quieren aquello que les gusta,
la mano que les deja regalos sin pensar,
los hombres, al contrario, sí piensan lo que quieren
y piden, temerosos, el néctar del panal,
los ojos que les miren, los labios vacilantes,
el beso que les haga del sueño eternidad,
y así, sin más pamplinas, los hombres serán libres,
los niños más felices y todos sonreirán.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/07/14

miércoles, 30 de julio de 2014

NO TE PARES Y MIRES AL PASADO...



No te pares Amor, ni mires al pasado.
No estoy ahí, viajo contigo,
en ese carrusel de tus latidos
y en el tren que te acerca hasta la nada.

Soy esa brisa fresca del nordeste
que a tu lado se acerca y que te abraza.
Soy esa luz que llega de los cielos,
y te inunda y te llena de hermosura.
Soy el rumor del mar y las mareas,
que llega y que te envuelve
con aromas de salitre y de salmuera.
Soy el suspiro ahogado de los robles,
que cortejan a las hayas en los bosques.
Soy el candor del río en la bahía,
que se extiende por sus aguas
bajo el manto protector de la luna
y las estrellas.

Soy para ti, el niño y el poeta,
que un día te escribió, sin que supieras,
los versos del amor y la esperanza,
con letra estremecida de sus dedos,
y luego los guardó, quizás nervioso,
en el cuaderno gris de sus entrañas.

"...No te pares Amor, ni mires al pasado
porque sigo viviendo, con mis sueños,
y lo hago para ti, aunque haya muerto..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/07/14

martes, 29 de julio de 2014

QUIZÁS...



Quizás somos más los que lloramos silenciosamente
y buscamos a esa persona,
esa "madre" y esa "amiga", entre comillas,
a quien confiar lo que nos pasa,
a quien nos escuche en silencio,
a quien nos diga solamente, con caricias,
que lo que pasa es cosa de la vida y del hoy,
que mañana será otro día
y que de nuevo volverá a salir el sol
y las nubes reirán con sus formas caprichosas
y las estrellas bailarán por la noche
en un acto irreverente,
y nosotros, seguiremos en nuestra locura,
y borraremos esas lágrimas traidoras
que se quedarán olvidadas en la playa
del recuerdo.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/14

lunes, 28 de julio de 2014

¿POR QUÉ NO...?



¿Eso me digo, ¿por qué no?...
¿Por qué no dejar volar la imaginación
y volar y soñar?,
¿por qué no cerrar los ojos,
parar en la lectura y dejar que los dedos
digan todo aquello que la mente piensa?,
¿por qué no hacer versos en esta hora sagrada
y tratar de sustraer un poco de uno mismo
y convertirlo en un suspiro que intentarías
llevar al ser amado,
que puede dormir cerca o lejos, según se mire,
o estar en ese duermevela impaciente
y desasosegado por el calor...?

Sí, es así,
si puedes parar en la lectura,
si eres capaz de centrarte en lo que haces,
entonces no lo dudes y ve hasta el teclado.
Allí deja a tus dedos que hablen,
que sigan los dictados de tu alma
y que expresen todo aquello que guarda la misma.
Que fabriquen versos
y que renazcan los besos de antaño,
que junten las margaritas y las rosas
de una tarde con las estrofas balbuceantes
que puedan surgir de ese pecho.
Y si aún tienen fuerzas, al final,
quizás logren recuperar y redactar
aquel suspiro velado y arrancado
que unos labios emitieron una noche junto a tu oído
y aquel nombre sagrado: "tu nombre",
que tanto te hizo estremecer.

Porque la vida es así de sencilla,
quizás como ese poema que la mano traza lentamente,
y que los dedos van depositando
en el cuaderno con las letras nerviosas
y ese miedo irreverente
a dejar una palabra mal colocada,
una sílaba deforme y sin rima asonante
y un ritmo desmedido y chirriante,
cuando lo que se buscaba
era la palabra exacta y sensible,
la mirada tierna que llegara al corazón,
el roce preciso y sublime
que acariciara el cuerpo amado
y le arrancara mil suspiros
y el beso interminable dejado
en una frente soñadora que dormía a tu lado.

Así que me digo nuevamente:
¿y por qué no intentarlo?,
¿a qué tengo miedo?,
¿quizás a pronunciar la palabra sagrada del amor?,
¿a decir te amo a quien de verdad amas?,
¿a refrenar los latidos del corazón acelerado
que lo proclama una y otra vez constantemente?

...Supongo que se puede amar de muchas maneras,
igual que ayer, igual que ahora
y puede que como mañana,
pero siempre con la fe y la esperanza
de saber que alguien te escucha,
que alguien te espera
y que alguien, sencillamente,
cuando recibe unas letras parecidas,
siente un pequeño cosquilleo en su alma
y esa coraza que tiene puesta,
se resquebraja un poquito
y se hace más humana y más mortal,
a la vez que se humedecen sus ojos
sin darse cuenta.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/14

domingo, 27 de julio de 2014

"SIN PALABRAS"


 
Si un niño me hace daño
en su inocencia, no le riño,
le perdono,
pero si es un adulto el que lo causa
entonces me convierto en niño
y lloro.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/14

sábado, 26 de julio de 2014

HE SALIDO A PASEAR...


He salido a pasear
y voy libre, como el viento,
con la brisa a mis espaldas
y el recuerdo de tus besos.

Llevo hiel en mi costado
y la sangre cae al suelo,
y un suspiro se desgrana
con tu nombre y un te quiero.

Porque fuiste mariposa
y el susurro de los cielos
que volaste hasta mi frente
temblorosa y sin remedio.

Y lograste conmoverme
con tus dulces aleteos,
y la luz y el colorido
que ofrecías con tu vuelo.

He salido a pasear
y voy libre, lo confieso,
con la pipa entre los labios
de un tabaco más bien negro.

Pero nacen filigranas
en la punta de los dedos,
sutilezas infantiles
que precisan un cuaderno.

Y allí van las emociones
y también los sentimientos,
las sonrisas contenidas
y los llantos de otros tiempos.

Allí van, entre las letras,
tantos versos incompletos,
tanta rima mal sonante
que nacieron bajo un fresno.

He salido a pasear
y voy solo con tu aliento,
que me embruja y que me embriaga
cada vez que lo recuerdo.

Tengo celos de la tarde,
del ocaso soñoliento,
del barquito que ahora pasa
y que rompe este silencio.

Porque tú eres poesía,
Amor mío, y eso siento,
y preciso tus latidos
y la fuerza de tus versos.

Eres sangre y eres rima,
dejas ritmo con tus sueños,
y adormeces los sentidos
que se paran a leerlos.

Porque vida y poesía
se han unido con un sello,
y en un lazo de bramante
para ser sus prisioneros.

"...He salido a pasear
y soy libre y estoy cuerdo,
a pesar de mi locura
por amarte como un ciego..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/14

viernes, 25 de julio de 2014

AQUELLA TARDE TRISTE...


Aquella tarde triste
la llevo en el recuerdo,
prendida en alfileres
que ondean en mis sueños.

Quedaron las palabras
colgadas del espejo
precisas y crueles
carentes de tus besos.

Ay besos calcinados,
celosos y con miedo,
temblando como niños
carentes de paseo.

Carentes de mil cosas
de risas y de versos,
quizás amordazados
por labios incruentos.

Por labios que suspiran
y ocultan los "te quiero",
los muerden y murmuran
y ocultan en su pecho.

Aquella tarde triste
temblaron sí, mis dedos,
temblaron mis rodillas
y casi toqué el suelo.

Lloraron las estrellas
sus lágrimas de invierno,
rasgando las entrañas
de un nuevo firmamento.

Quedaron mis pupilas
absortas y no viendo,
mojadas por la lluvia
traída por el viento.

El aire de tus labios,
la brisa que deseo,
pasión irreverente,
en busca de mis besos.

¡Ay besos que suspiran
un tanto soñolientos,
en busca de otros labios
que vienen a tu puerto...!

Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/14