Traté de verte,
mirando al horizonte,
pero no estabas.
Tampoco el puerto
dejaba tu figura
en mis pupilas.
Te habías ido,
me dije, en el silencio,
y sin palabras.
Sentí tristeza
y un largo escalofrío,
cruzó mi cuerpo.
Me sentí solo,
en medio de la vida,
como un mendigo.
Y miré al cielo.
en busca de las nubes
y de sus lágrimas.
Lucía el sol
debajo de aquel manto,
azul celeste.
Y suspiré
sintiendo el gran vacío
con que me dejas.
Así es la vida,
con olas y resacas
que van y vienen.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/24
Así es la vida, sí, un patio de risas y llantos, de idas y venidas.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Cierto Verónica. Gracias por tus palabras y comentarios de hoy.
EliminarAbrazo.
La ausencia de alguien amado es una ausencia multiplicada que nos hace aflorar toda la tristeza y una gran sensación de injusticia y desamparo. Bella poesía amigo, te mando un abrazo.
ResponderEliminarP A T Y
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarAbrazo.
Cuando la ausencia se siente como un abandono, es algo muy duro.Un abrazo
ResponderEliminarCierto Inma
EliminarAbrazo.
Hermoso poema, el ir y venir de las olas de la vida, se lleva cosas y trae otras. Un abrazo
ResponderEliminarEs como dices, Sindel.
EliminarAbrazo.
Así es la vida...
ResponderEliminarMe encantó ❤
La vida nos prueba a todos, nos quita y nos regala...nos quiere fuertes y resilentes, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, amigo poeta.