Pasó la brisa,
cercana, del nordeste,
dejando besos.
Besó la piel
del niño y del anciano,
con devoción.
También besó,
al hombre y la mujer
que madrugaban.
Besó la brisa
la playa y las resacas
que despertaban.
Y las gaviotas
sintieron ese beso
en su plumaje.
Dejó la brisa
el néctar de las algas
por todas partes.
Y así la mar,
el mar que tanto quiero,
volvió hasta mi.
Abrí los ojos,
sintiendo el dulce beso
en mis mejillas.
Y es que la brisa,
llegaba tras el sueño
como un regalo.
Pasó la brisa,
de nuevo, en la mañana
con sus caricias.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/03/25
Hay brisas que son una caricia.
ResponderEliminarFeliz martes Rafel.
Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
la brisa es siempre una caricia no así las borrascas
ResponderEliminarbuena semana
Gracias Eli.
EliminarFeliz semana.
Muy bello estimado vate.
ResponderEliminarNo puedo creer que no tengas algunas palabras
que decir en alabanza de la Poesía.
Todavía te espero...
Un beso en tu mejilla...
~~~~
Gracias Majo
EliminarAbrazo