lunes, 6 de junio de 2011

DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO...



Después de mucho tiempo
volvì de nuevo a verte,
venías con tu gracia,
sonrisa fiel y alegre.

Venías a mi lado,
llamaste para verme,
y un cúmulo de de nubes
volvieron a mi frente.

Atrás, en el pasado,
quedaste entre la nieve,
quedaste en el recuerdo
preciosa como eres.

Retorno hacia ese tiempo
de rosas y claveles,
suspiros y palabras
llevadas a mis sienes.

Latidos presurosos
de pechos muy ardientes,
y un halo de ternura
rozando los cipreses.

Mis manos te buscaban
en versos y papeles,
mi pluma te escribía
poemas sin corchetes.

"La música sonando
las almas enternecen,
y dejan ese caldo
de luces y cohetes".

Entonces una noche
dijiste tiernamente,
palabras que no olvido
con voz pausada y breve.

Dijiste que me amabas
sabiéndome carente,
querías mis abrazos,
mi cuerpo rudo y fuerte.

Querías mi respuesta
sabiéndome muy débil,
querías mis caricias
mis besos tan ardientes.

Y yo, necesitado,
de amor y luz celeste,
no vi tras tus palabras
las sombras y dobleces.

Por eso, con el tiempo,
mi llanto llegó al césped,
bajando de mis ojos
las lágrimas silentes.

Y así, como la noche,
unió dos almas leves,
un ángel otra noche
me dijo al fin, "detente".

Y allí quedó aparcado
el viaje en los andenes,
mirando la partida
del tren tan sugerente.

Quedaron entre el polvo
amores y quereres,
quedaron olvidados
los sueños de un septiembre.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/06/11

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