viernes, 24 de junio de 2011

PENSABA...


...Pensaba en "Ciudad Recuerdo".
Pensaba en una sonrisa,
pensaba en unos sueños...
Pensaba simplemente.


Porque pensar no es malo
y menos pensar en los recuerdos.
Pensar en una tarde allí, en medio de Castilla,
en una ciudad cualquiera,
(tampoco importa el nombre).


Pensar en un fin de semana largo
con muchas horas por delante.
Y pensar que allí estábamos nosotros,
frente a frente,
con un largo paseo por delante,
con el río a nuestra izquierda,
con los árboles y sombra
amortiguando los calores del verano.


Pensar que hablamos de mil cosas diferentes.
Pensar que te saqué varias fotos y también tú,
no pudiste resistir tu impulso,
e inmortalizaste mi subida al árbol
y mis piruetas sobre el tronco tendido
sobre el agua.


Pensar que fuimos felices,
y que ¡éramos felices!...


Pensar que seguimos paseando
por aquel largo paseo,
entre casas y urbanizaciones
para llegar a un amplio parque,
recién estrenado, donde hicimos un alto.


Pensar que allí nos miramos tiernamente
y casi brotaron las lágrimas de nuestros ojos,
porque en el fondo, ambos sabíamos,
que aquella tarde era la última,
que eran las últimas horas que pasábamos juntos
y que "mañana",
el mañana sería incierto
y posiblemente no volvería a ser igual,
ya que marcaría un punto de partida
y no retorno.


Pienso que tuvimos que forzar la sonrisa y
contener el paso.
Pienso y veo como nos abrazamos
mientras nuestras manos se unían con fuerza
como queriendo quedar allí, prisioneras
y enlazadas en un nudo interminable.


Pero había que seguir,
debíamos terminar nuestro paseo,
había que acabar aquella tarde maravillosa
que tenía esa esencia amarga,
oculta tras los pliegues tan dorados del verano.


La ciudad nos acogió con sus luces.
Entramos en sus calles y las recorrimos.
Nos mezclamos con las gentes y buscamos un bar
para tomar un refresco.
Allí nuestras manos se acariciaron
entre la indiferencia de los parroquianos
que miraban un partido de fútbol en la televisión.


Pero nosotros, ausentes,
buscamos ese rincón del alma
donde apagar los últimos suspiros,
donde dejar allí las brasas y rescoldos
de un amor profundo y verdadero
que mañana, el tiempo iba a separar inexorablemente
llevando a cada uno a su realidad
y dejando atrás la hermosa "Ciudad Recuerdo"
de los sueños,
que nunca olvidaríamos.


...Por eso ahora pensaba en ti,
pensaba en tu sonrisa,
pensaba en aquel sueño inacabado...
Pensaba simplemente.


Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/11

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