Aquellas piedras,
labradas por los hombres.
hoy las recuerdo.
Siguen latentes
en forma de paredes
y contrafuertes.
Son las murallas
y torres de defensa
de los castillos.
Hasta en casonas
con arcos y ventanas
muy señorales.
Fueron talladas
por manos venerables
de los canteros.
Y en ellas siguen
retazos de una historia
que fue la nuestra.
Letras y piedras,
unidas en relatos
hoy siguen vivos.
Yo las contemplo,
las veo y las admiro
y también sueño.
Es el pasado,
me digo y estremezco,
que está presente.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/02/25
Un pasado que traes a tu memoria creando un bello poema a esas piedras talladas por los canteros
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Carmen
EliminarUn abrazo
Piedras marcadas, que luego llegan a ser estructuras, pero ahí siguen las huella de lo que vivieron.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
También me llaman la atención.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Esas piedras siguen hablando en silencio del espíritu y la constancia de esos hombres, que dejaron el trabajo y el alma en ellas...Es admirable su resistencia, su fuerza y su belleza a través de los siglos...Precioso homenaje, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable, amigo poeta.
Las piedras guardan historias, me imagino si hablaran, cuanto nos contarían.
ResponderEliminarFeliz jueves Rafael.
Un abrazo