martes, 28 de febrero de 2017

ERA UN NIÑO PEQUEÑITO...


Era un niño pequeñito
como el verso de un poema,
con dos ojos vivarachos
que lucían cual estrellas.

Un abuelo vigilaba
esa hora de la siesta,
y miraba complacido
a su nieto, sin sorpresa.

Pero el niño no dormía
y seguía con su fiesta,
parloteos inaudibles
y también con pataletas.

El voz alta el abuelito
desgranaba una leyenda,
y le hablaba de los mares
de las playas y sirenas.

Nuestro niño palmeaba
sus manitas hoy tan tiernas,
y mandaba, con sus dedos,
un mensaje a quien lo quiera.

Es la infancia y es la vida,
el susurro que nos llega,
es la voz, entrecortada,
y el relato de la tierra.

En la vida, donde hay niños,
hay abuelos a su vera;
y éstos cantan viejas nanas
para que, ellos bien, se duerman.

Pero un día los relojes
sonarán de otra manera,
y los dulces querubines
al abuelo darán guerra.

"...Era un niño pequeñito,
una cuna y un cometa,
y un abuelo que, orgulloso,
le mecía con paciencia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/17

18 comentarios:

  1. Es un abuelo muy, muy tierno, Rafael, que le canta nanas a su niño.

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  2. Un poema entrañable, que suena como una nana acariciadora...Muy bello.
    Mi abrazo y feliz noche, Rafael.

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  3. Me sentí muy identificada Rafael. Bellisimo!
    Un abrazo!

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  4. Suena muy dulce y mágico este poema, ese niño, ya no tan niño y sus añoranzas.
    Precioso como siempre.
    Un abrazo Rafael, buen día amigo.

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  5. Una ternura de poema, Rafael.

    Besos en la tarde.

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  6. Tierno relato en verso. No hay nada más enternecedor que la relación abuelos-nietos.
    Un abrazo.

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  7. uuufff la ternura de un abuelo esa relación entre el nieto y el abuelo hermosa relación, hermosa vivencia, precioso y muuy dulce te quedó , un abrazo desde mi brillo del mar

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  8. Ay los abuelos, qué falta hacen y cuánta paciencia, bondad y sabiduría nos regalan para el equipaje de la vida.
    Otro abrazo.

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